Oia ya tiene un fantasma de chiringuito

Monica Torres
mónica torres OIA / LA VOZ

VIGO

Mónica Torres

La botella que trajo las cenizas de un surfista de Florida cuelga en A Camboa

30 nov 2023 . Actualizado a las 10:01 h.

La última voluntad del surfista de Florida cuyas cenizas llegaron a Oia era seguir navegando por el mundo y que la botella que contenía sus restos se colocara en el bar de la playa más próxima a donde tocara tierra, «para ser un simpático fantasma de chiringuito con el que hacerse fotos». Secundino Vicente Refojos, el hombre que localizó la botella en enero, y Eugenio Portela, dueño de la tapería restaurante A Camboa, acabaron de cumplir ayer con el decálogo de deseos que, a modo de testamento, acompañaba la botella en la que viajaron desde Cabo Cañaveral parte de las cenizas de Paul Nichols hasta Punta Centinela.

El surfista estadounidense con un curioso humor negro, que su propia familia confirmó desde Wisconsin, ya tiene un lugar de honor a pie de playa frente al monasterio de Oia, en el restaurante A Camboa. Mientras Secundino y Eugenio daban cuenta ayer de la cerveza que, según el ritual que viajó 4.000 kilómetros, también había que tomarse a la salud del fallecido con los 4 dólares que acompañaban la carta que llegó por mar, numerosos deportistas cazaban olas a escasos metros en la playa de O Porto. El surf era la pasión de Paul Nichols aunque le costó la vida, ya que murió a consecuencia de una fatal caída en el 2015.

«Creo que este es el sitio ideal para dejar al fantasma de chiringuito. No es el local que está más cerca de donde encontré la botella, pero sí el que está en la playa donde vienen muchísimos surfistas a disfrutar de las olas», manifestó Secundino Vicente.

Este vecino de Oia, que posiblemente sea una de las pocas personas del mundo que se haya topado con hasta tres cartas en botellas traídas por el mar, se mostró satisfecho de haber podido cumplir con la voluntad del fallecido, pero también de haber conectado con su familia.

«Todos lloramos de felicidad en mi casa de Wisconsin cuando supimos que las cenizas de mi hermano habían cruzado el océano», indicó Emmalee Nichols.

 La emoción ha sido tal que no solo mantiene el contacto con la familia de Secundino sino que ya ha confirmado su intención de poder conocerse. «Mi esposo y yo pensamos en viajar ahí pronto. Creo que a mi hermano le habría gustado», dicho en su última comunicación, por correo electrónico mostrándose además sorprendida al saber que Secundino ya había encontrado antes otras dos botellas.

Mónica Torres

La historia se retroalimenta y la familia de Paul cree que este encuentro ha sido «un mensaje del cielo», ya que la botella llegó el día del cumpleaños del padre del surfista, que fue el que preparó 45 botellas con sus cenizas como parte del duelo. «Ninguna había llegado tan lejos, solo se habían encontrado otras cinco y no teníamos más noticias desde el 2018, es impresionante», aseguró desde EE.UU. su hermana Emmalee. Eugenio Portela también se muestra entusiasmado con formar parte de esta cadena: «Tanto la botella como todo lo que traía dentro va a estar expuesto en un lugar de honor, con el mar de fondo, para que cuantos quieran conozcan su historia, la de cómo llegó la botella a Oia y escriban la suya propia haciéndose fotos o selfis con el simpático fantasma del chiringuito». Era voluntad del padre de Paul que cuantos se fotografiaran con la botella enviaran la imagen a Zoe, la pequeña que dejó huérfana, «para que sepa que su padre sigue surfeando».