No se conocían de nada. Coleguiñas surgió por la necesidad de Julia, una joven de Vilagarcía, de hacer amigos cuando se mudó a Santiago de Compostela. Ahora tienen grupos y subgrupos de todos los que se han unido
28 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando te haces mayor, buscar amistades no es tan sencillo como en el colegio. Entonces te acercabas a cualquiera y le preguntabas que si quería ser tu amigo con total naturalidad. Con los años, no es tan fácil decirle a alguien por la calle: «¡Oye! ¿Te vienes a tomar algo conmigo?». Pero, como ahora todo el mundo tiene un teléfono móvil, internet lo hace por ti.
Todo empezó en el 2018 cuando Julia, una joven de Vilagarcía que se había mudado a Santiago de Compostela por trabajo, cortó con su pareja. «De repente me vi sola y necesitaba hacer amigos. Probé a apuntarme a baile y a actividades para ver si conocía a gente nueva, pero no funcionó», cuenta. Así que decidió probar en la aplicación de MeetMe. Después de muchas conversaciones a través de la aplicación, Julia conoció a unas cuantas personas que estaban buscando lo mismo que ella: alguien con quien tomarse una cerveza y pasarlo bien. Al principio tan solo eran ocho completos desconocidos, ahora ya son mil personas en el grupo de la aplicación y 500 en el de WhatsApp, donde se hacen llamar Coleguiñas. «Somos tantos que hemos prohibido hablar de otros temas por el grupo que no sean para organizar encuentros o mandar fotos de equipo», añade entre risas. Incluso, se han dividido en subgrupos según la afinidad que va surgiendo entre algunos y por gustos que tienen en común. Es lógico que se dispersen, son muchos como para ponerse de acuerdo en un mismo sitio.
«Casi todas las nuevas incorporaciones nos encuentran por MeetMe y Facebook», comenta la joven. Pero también les encuentran por Instagram o incluso por el boca a boca. Sea por la vía que sea, todos tienen que escribir a Julia para que esta los meta en el grupo de WhatsApp (su número de teléfono está detallado en la descripción del perfil de las redes sociales). «Somos cuatro los administradores, porque si no, no daría abasto para organizarme. Esto es sin ánimo de lucro, tengo que sacar tiempo personal para añadir los teléfonos y explicarles un poco de qué va la cosa», argumenta. Le escribe gente de todas las edades y nacionalidades. Bien universitarios de unos 20 años, así como jubilados de 65, o más, turistas que vienen de vacaciones, estudiantes de Erasmus, y muchos más: «A veces quedamos para aprender inglés, e incluso llegamos a tener un grupo para francés que estamos pendientes de recuperar». Y a juicio de Julia, no hay nadie que transmita mal rollo, en general, dice, son todos majos y simpáticos.
«Hemos aprendido muchas cosas los unos de los otros», apunta. Lo bueno de recibir a gente de tantas partes de Galicia y del mundo es que te enriquece y te abre la mente. «Hacemos planes que si tuvieran que salir de mí nunca se me ocurrirían», indica. No todo va a ser ir a bares, también van a conciertos, al cine, hacen rutas de senderismo, etcétera. Cuenta Julia que alguna vez han llegado a llenar una sala de cine de tantos que se habían citado allí. Además, al acudir gente de zonas próximas a Santiago, luego se hacen subgrupos por otras partes de Galicia que les quedan más a mano. Sin embargo, por mucho que se vaya gente del grupo, según la administradora, cada vez son más los que acuden a las citas: «Cuando hacemos planes siempre hay bajas a última hora, pero si se desapunta alguien, siempre se apunta otro, que a su vez trae a sus primas, por ejemplo». Cuenta que en una ocasión en la que quedaron en un bar, los trabajadores tuvieron que llamar a otro camarero extra para atender a todos los que eran.
Los Coleguiñas quedan todos los días, pero están planeando un reencuentro especial. Van a cumplir el quinto aniversario desde la primera cita, cuando tan solo eran ocho. Han reservado un local para todos ellos con DJ y merienda. Todavía no hay lista oficial de invitados, pero como vayan todos los del grupo, cualquier sitio se les va a quedar pequeño. Amistades hay unas cuantas, pero también salieron parejas de estas reuniones entre completos desconocidos.