La playa más divertida es...

Lara Fernández, M.V

YES

M. MORALEJO

MÁS ALLÁ DE LA ORILLA es adonde tienes que mirar si además te ponerte moreno te lo quieres pasar bien. YES hace un recorrido por los arenales con más atractivos de la costa gallega. Pedaletas, chiringuitos, bares.... vamos, que la arena es lo de menos.

25 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Seguro que en más de una ocasión has tenido que romperte la cabeza para decidir a qué playa ir en tu fin de semana de descanso o cuál sería la mejor para pasar un día divertido incluyendo en él todo tipo de actividades lúdicas. Cada vez nos interesa menos calentarnos al sol y tumbarnos en la arena, y más regocijarnos en el agua y tomar algo con los amigos disfrutando de unas buenas vistas. De ahí que la mejor playa no tenga que ser el mejor arenal. A estas alturas ya te estarás preguntando cuál es. Fíjate en las fotografías (aunque no salga ninguna de la playa), a ver si te dan alguna pista. Por sus alrededores la conocerás. Está en Vigo.

 Sí, en el sur hallamos la playa que para YES se lleva el premio a la más divertida. Samil podría considerarse el lugar con el que todos los niños sueñan con ir a pasar el día. Toboganes acuáticos (aunque en este momento están cerrados), parques infantiles, pistas de tenis, canchas de baloncesto, piscinas de uso público, merenderos y un cámping son algunos de los muchos servicios que podemos encontrar en sus inmediaciones. Además, los más fiesteros pueden acudir a uno de los bares y terrazas que la rodean, tomar una copa hasta altas horas de la madrugada y disfrutar así de los anocheceres en el litoral.

«Aquí la demanda cada vez es mayor», afirma Bernar desde el cámping Playa Samil. «La gente viene de todos los sitios porque está muy bien situada». «Vigo se merece locales a la altura de tal demanda y Samil con sus vistas a las Cíes es un lugar perfecto», declara Odilo, empresario del local Marina Cíes.

En YES no nos cabe ninguna duda de que todas las opciones son perfectas para pasar un día especial rodeado de los tuyos. Pero salirse de la norma y probar nuevas distracciones es lo que está de moda. Al fin y al cabo, un día de playa sin hacer ningún tipo de actividad es realmente aburrido.

Cuanto mayor sea el número de atracciones que ofrece la playa, mejor. Ya sean actividades náuticas, chiringuitos, alquiler de pedaletas o cualquier tipo de ocupación para que los más pequeños (y mayores) pasen unas horas entretenidos. Lo importante es ofrecer un toque diferente y fresco. Cuando el calor aprieta, no es necesario viajar a destinos paradisíacos lejanos a nuestras costas para gozar de paisajes de ensueño.  

Aunque Samil se lleve la palma, no es la única opción, aquí te proponemos algunas alternativas para que no solo vuelvas algo morenito de la playa. Empezamos por el norte.

En la provincia lucense, concretamente en Foz, se encuentra la playa de A Rapadoira, conocida por no soltar la bandera azul desde hace casi veinte años. Este espacio de gran tamaño consta de diferentes zonas de disfrute. Puedes ir a la zona verde, perfecta para tirarte a la bartola, o bien tumbarte sobre su arena fina en la que, cuando sube la marea, se crea una charca natural ideal para los niños. «El ambiente tranquilo hace que sea una playa familiar y nada peligrosa», afirma Marifé, que junto con María Jesús y Camila, es una de las fieles al baño diario en estas aguas, ya sea verano o invierno. «Su fácil acceso es asequible para todo el mundo», destaca Camila. «Hay bares a pie de playa que abren hasta tarde y alquiler de pedaletas», apunta Marifé. Para María Jesús lo mejor es ?el yodo y las algas que contiene el mar son espectaculares para la salud?.

Si eres de hidropedales, O Raso (Ares) es tu playa. Aquí se ofrecen alquileres acuáticos de todo tipo, incluso embarcaciones para que puedas navegar por las aguas de esta playa semiurbana. Vamos, que no va a haber quien te saque del agua. Porque esta playa también es una de las preferidas para la práctica del buceo. «Los árboles que rodean el terreno son los preferidos para los niños. Los utilizan para crear columpios a la sombra y jugar durante horas», relata Álvaro Gómez desde allí.