Las trabajadoras sociales de Vigo estallan: «La falta de personal es insostenible»

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Comienzan movilizaciones para reclamar el incremento de la plantilla municipal

05 abr 2024 . Actualizado a las 02:32 h.

Las trabajadoras sociales del Concello de Vigo ya no pueden más. Su carga de trabajo es tan grande, que ya se encuentran en una situación que reconocen que es insostenible. Por ese motivo, han decidido emprender movilizaciones. No piden aumentos salariales ni otras mejoras sociales para ellas Su reivindicación es que el Concello incremente la plantilla. El objetivo es situar la atención a los ciudadanos a unos niveles aceptables y poder ofrecer un servicio de calidad. Todo lo contrario a lo que sucede ahora, denuncian. La ley marca una trabajadora social de referencia por cada 8.000 habitantes. «En lugar de eso, cada una de nosotras tenemos un ratio de población de 17.000 personas», denuncia Teresa Elvira Muñoz, portavoz sindical de la CUT.

Vigo debería contar con 37 trabajadoras sociales, y solo hay 17. Quienes lo pagan son los ciudadanos que se encuentran en una situación vulnerable y acuden a sus servicios y no encuentran una respuesta adecuada. El período de espera para ser atendido por una trabajadora social es de dos meses. En algunas zonas como el Calvario, están dando citas para julio ante la gran cantidad de solicitudes. Personas sin ingresos, a punto de ser desahuciadas, cuidadores pendientes de la Ley de Dependencia tienen que esperar más de lo que deberían para poder ser atendidos y encontrar una solución a sus situaciones de vulnerabilidad. A las trabajadoras sociales se les juntan informes durante meses. No pueden cumplir los plazos legales para emitir informes debido a situación de sobrecarga de trabajo. Por ejemplo, para informar sobre la concesión de una Risga, el plazo legal es de un mes, pero a veces tardan hasta tres. «Esta situación deteriora la calidad de vida de la población», lamenta Teresa. No son informes que se hacen un minuto. Las trabajadoras deben comprobar la situación específica de cada persona que atienden.

Las trabajadoras denuncian una «situación crónica» de falta de personal desde hace años. En 2023, a raíz de unas modificaciones de la normativa estatal y autonómica, han asumido nuevas competencias, lo que ha aumentado su carga de trabajo. Mientras tanto, el Concello no ha tirado de la bolsa de empleo que existe para cubrir vacantes. Durante el año pasado, estas profesionales esperaron pacientes a que se resolviese la situación, pero la espera ha sido en vano. Desde Benestar Social alegaban que era un problema de Recursos Humanos. El pasado 18 de diciembre presentaron un escrito firmado por 40 trabajadoras demandando un incremento de la plantilla. El gobierno municipal alega ahora que hay una oposición en trámite y se va a incorporar más personal. «No va a ser una mejora, va a ser lo que ya teníamos, que no es el mínimo legal ni la cobertura que necesita la ciudad», señala la portavoz sindical. Las trabajadoras sufren además el enfado de los ciudadanos porque no pueden dar un servicio de calidad. «Al final somos la cara visible de la administración. La gente se desespera y llega enfadada por la espera», afirma Teresa Elvira. No les da tiempo a atender a los ciudadanos en 20 minutos, el tiempo marcado entre cita y cita. Muchas situaciones requieren más tiempo. Las salas de espera son un hervidero, con gente en situación de calle, con consumos de sustancias estupefacientes, familias con menores, mayores discapacitados. Además se sienten desprotegidas cuando van a realizar alguna visita domiciliaria. Ahora, cuando se van de vacaciones, nadie les cubre «y es peor irte a desconectar que quedarte». Se van a concentrar todos los viernes. Empezarán mañana a las 13 horas en la Praza do Rei.