Un Vigo, y su entorno, de película

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Son numerosos los escenarios de producciones cinematográficas rodadas en el sur de la provincia

14 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La primera película de ficción rodada en Vigo se titulaba Maruxa e incluyó como escenario la parroquia de Sárdoma. Ocurrió hace un siglo. Desde entonces, las producciones cinematográficas se han sucedido en todo el sur de la provincia de Pontevedra. De los tiempos mudos, O Berbés fue testigo del rodaje de Carmiña, flor de Galicia dirigida por Rino Lupo en 1926. Años después, aunque la productora Suevia Film, perteneciente al vigués Cesáreo González, apenas rodó en Vigo, sí promocionó la imagen de la ciudad al comenzar todas sus películas con una vista panorámica de la urbe acompañada por la bandera blanquirroja olívica ondeando al viento

En los años cincuenta, Galicia vivió una de aquellas superproducciones de Hollywood que movía a grandes estrellas y directores. Y algo le toco al sur de la provincia. En Arbo, en agosto de 1956, se filmaron algunas escenas de Orgullo y pasión, dirigida por Stanley Kramer e interpretada por Cary Grant, Sophia Loren y Frank Sinatra, aunque ninguno de ellos estuvo en la localización de Arbo.

Jaime de Armiñán logró reunir también a muchos grandes actores españoles en torno a la grabación de Mi querida señorita, estrenada en 1972. José Luis López Vázquez, Julieta Serrano, Antonio Ferrandis o Lola Gaos rodaron en Vigo y Tui esta tragicomedia nominada a los Oscar. Esta ciudad también acogió el rodaje de algunas escenas de El bosque del lobo, en el que Pedro Olea contaba, apoyado por José Luis López Vázquez, la historia licantrópica de Manuel Blanco Romasanta.

Un par de años antes, otro gran director de la época, Mario Camus, rodaba en Baiona algunas parte de la película Esa mujer, que tuvo a Sara Montiel como protagonista. Y también sale Baiona en Aventuras en las islas Cíes, de Luis María Delgado. Curiosamente, esta historia de adolescentes en verano, comienza con un ascenso en bicicleta al monte Trega en A Guarda desde donde muestra el director la silueta de las Cíes. También hay escenas en Playa América, en Nigrán, y otros lugares de las Rías Baixas.

Durante la Transición, Vigo acogió el rodaje de Al servicio de la mujer española, de Jaime de Armiñán, que contó con la participación de Adolfo Marsillach y Marilina Ross, y una escena memorable en un bar, de los de antes, del Casco Vello Alto. En 1981, Josefina Molina, volvió a grabar en Vigo la producción Función de noche, en la que Lola Herrera y Daniel Dicenta se interpretaron a sí mismo en torno al monólogo Cinco horas con Mario. La ciudad olívica volvió a acoger al equipo de Pedro Costa Musté que trataba de reconstruir el caso Reace en Redondela.

Mondariz-Balneario también fue plató cinematográfico en 1985 cuando Jaime de Arimiñan rodó La hora bruja, con Francisco Rabal, Concha Velasco, Victoria Abril y Sancho Gracia. Tod un plantel.

Y en 1988, Chano Piñeiro filmó Vigo algunas escenas de Sempre Xonxa, el primer largometraje moderno íntegramente gallego. Aunque transcurre principalmente en Bustelo y Petín, el director eligió zonas portuarias para completar las localizaciones de su aclamada película. Casi al mismo tiempo, Luis Alcoriza dirigía La sombra de los cipreses es alargada, compartiendo Vigo espacios con otras poblaciones españolas.

A finales de los años noventa, el noruego Bent Hamer filmaba en Vigo Un día bajo el sol, producción en la que participaron Pilar Bardem, El Gran Wyoming y Francisco Rabal. Y un par de años después, también acogió parte del rodaje de otra producción gallega, Bellas durmientes, de Eloy Lozano. Ese mismo año, Vigo y Nigrán recibían al equipo dirigido por Gonzalo Tapia para construir Lena. Allí estuvieron Marta Larralde, Manuel Manquiña, Luis Tosar y Luis Zahera, estos dos últimos, acabarían ganado el Goya años después.

Desde noviembre del 2001 a enero del 2002, Fernando León, se rodó en Vigo Los lunes al sol, un hito cinematográfico de su momento que dejó imágenes icónicas, como la que protagonizaron Javier Bardem y Luis Tosar a bordo del Illas Sicas. Casi al mismo tiempo, el balneario de Caldelas de Tui se convertía en el Hotel Danubio, que imaginó Giménez Rico. Y en 2005 se rodó Hotel Tívoli en Vigo, aunque esta película dirigida por Antón Reixa recorrió otros países con Tosar, Mabel Rivera y Carlos Blanco en el plantel actoral.

A partir de ahí, las producciones no han cesado de elegir Vigo o municipios próximos. La ciudad olívica, Tui y Oia fueron escenarios para Heroína, de Gerardo Herrero, director que también asumió la apuesta cinematográfica del libro de Domingo Villar La playa de los ahogados, rodada en gran parte en Nigrán. Eduardo Noriega se puso a las órdenes de Vicente Aranda en Canciones de amor en Lolita’s Club, y Monti Castiñeiras, a las del vigués Juan Pinzás para construir Días de boda, y pocos años después El desenlace y Las imágenes perdidas.

Gracia Querejeta alternó Vigo y Madrid para filmar Siete mesas de villar francés, donde participaron Maribel Verdú, Blanca Portillo o Raúl Arévalo. Por su parte, Ignacio Villar recreó en Vigo Ilegal, y igual que, años después, rodó en Vigo, Cangas y Redondela María Solinha.

En la segunda década del siglo XXI se vieron cámaras de filmación en Vigo para realizar El club de los incomprendidos, de Carlos Sedes; La felicidad de los perros, de David Hernández; y, sobre todo, Toro, de Kike Maíllo con Mario Casas, Luis Tosar, José Sacristán.

Tras la pandemia, la faceta cinematográfica viguesa ha vuelto con fuerza. Dani de la Torre realizó algunas escenas de Live is Life; Javier Ruiz Caldera rodó Un hombre de acción; y la pontevedresa María José García rodó Cautivo, en la que Abel Caballero hacía un cameo. A toda esta larga lista cinematográfica habría que añadirle las series que se ha rodado en la zona, algunas de gran éxito como La unidad o Vivir sin permiso.