O Porriño pondrá fin a 30 años de feísmo en su plaza Central

Monica Torres
mónica torres O PORRIÑO / LA VOZ

O PORRIÑO

Mónica Torres

Un modificación urbanística permitirá acabar un edificio vacío

18 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuenta atrás para acabar con el edificio más lóbrego de O Porriño. Una modificación puntual del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) posibilitará legalizar y rematar este gran edificio que desde hace tres décadas ennegrece el centro urbano del municipio.

Al lado del paso a nivel, frente a la zona peatonal, se erige el armazón de este gran mamotreto inacabado que con el paso del tiempo se ha convertido en un exponente de feísmo urbanístico. Se trata del edificio de bajo más cinco plantas que está en la plaza Central, con dos fachadas hacia las calles Peña y Estación.

El gobierno local confirmó ayer a La Voz que ya se ha redactado la modificación puntual que posibilitará legalizar lo que ya está ejecutado y desbloquear su conclusión. «Está pendiente del preceptivo permiso del ADIF pata poder llevarla a pleno para su aprobación inicial», indicaron fuentes del Concello.

Las obras se paralizaron por un problema de alturas y alineaciones «porque se excedían las exteriores y los balcones montaban sobre las aceras», indican. Además, la construcción cerraba una manzana y un patio interior que era público y que ahora, a través de la modificación urbanística que se planteará, pasa a ser privado.

Levantado en tiempos de José Manuel Barros en la alcaldía, este inmueble abandonado que da a la glorieta llegó a originar un problema de seguridad y, en su día, el Concello tuvo que tapiarlo para impedir la entrada de okupas y drogodependientes. Varios alcaldes y concejales de Urbanismo intentaron meterle mano a proyectos para acabar con «esa monstruosidad», pero solo Nelson Santos fue capaz de cerrar un acuerdo con los propietarios, aunque nunca llegó a ejecutarse como se esperaba, por lo que el inmueble continuó degradándose en pleno centro urbano de la villa del Louro. También los taxistas de la parada contigua expresaron en más de una ocasión su preocupación por el riesgo de desprendimientos de la fachada.

Fue hace justo diez años cuando Nelson Santos promovió un trato con tres particulares, dueños del inmueble. Ni entonces ni ahora se varía la edificabilidad del edificio sino que se adaptan las alineaciones para legalizar los balcones. Además se mantiene el acuerdo por el que hace una década se decidió que los propietarios cederán al Concello, de manera gratuita y libre de cargas, el local de 148,26 metros cuadrados situado en la planta baja del edificio o, en su caso, abonarán a las arcas municipales el equivalente económico.

Permisos

Tras conseguir la autorización del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, por la proximidad del inmueble a su ámbito, el gobierno local someterá al pleno la modificación puntual que ya está redactada. Habrá que remitirla después a la Xunta para que emita su veredicto antes de que la corporación pueda darle el visto bueno definitivo.

El alcalde porriñés, Alejandro Lorenzo, mostró su interés por la reactivación de las obras. Confía en que puedan retomarse antes de que acabe el año, aunque hay que respetar los tiempos reglados de las administraciones. «La prioridad es acabar con este problema de feísmo urbanístico con el que estamos conviviendo, pero también así, conseguiremos disponer de más viviendas en promoción», señaló.

En este edificio de cinco plantas y bajo cubierta, hay cuatro pisos por planta, así que, una vez concluido podrán salir al mercado una veintena de pisos de distintas superficies en un enclave privilegiado de uno de los municipios que más engordan su padrón cada año. «Necesitamos siempre vivienda disponible para dar cabida a la población que ganamos», resalta el regidor de O Porriño.