Desmantelada la mayor red de narcolanchas en el estrecho de Gibraltar, con proveedores gallegos de planeadoras

Javier Romero Doniz
Javier Romero VIGO / LA VOZ

VIGO

La investigación comenzó al detectarse un intento de recoger 6.000 kilos de cocaína en un narcosubmarino; entre los 31 arrestados, figura un gallego, se decomisaron 4.000 kilos de hachís y 627 kilos de cocaína, 1,4 millones de euros, 19 vehículos de alta gama, dos narcolanchas en el país luso y otras tres embarcaciones en España

16 abr 2024 . Actualizado a las 18:39 h.

Una lujosa urbanización de Lisboa servía de centro de operaciones para la considerada mayor organización de narcolanchas que operaba hasta ahora en el Estrecho, especializada tanto en el hachís como en la cocaína; otra evidencia más de que en el paso entre África y España no solo se trafica con este derivado del cannabis. Pero la organización, española y enraizada en la provincia de Cádiz, contaba también con proveedores de planeadoras en el norte de Portugal que la investigación atribuye a especialistas gallegos en construir estas embarcaciones y que operan en suelo luso para ocultarse de las autoridades españolas.

El motivo es que este tipo de lanchas son ilegales en España y legales en Portugal, por lo que la operativa de su construcción se trasladó al país vecino en el mismo momento que pasaron a ser ilícitas en España. Otro vínculo de la trama desmantelada con Galicia es la presencia de un ciudadano natural de las Rías Baixas, al que se considera piloto de planeadoras, entre los 31 detenidos (19 al realizarse la operación y otras 12 que ya estaban en prisión). Esta investigación, bautizada operación Grajuela, supone otro procedimiento más que evidencia la estrecha relación entre las organizaciones importadoras del Estrecho y constructores de planeadoras en Galicia que trabajan en el norte de Portugal para proveer a los primeros de estas embarcaciones.

La operación se realizó de forma simultánea en España y Portugal, y estuvo coordinada por la Fiscalía Especial Antidroga de Jerez de la Frontera, Cádiz. También se practicaron 24 registros domiciliarios y se han podido abortar cuatro operaciones de la organización e incautar tres armas cortas, 1,4 millones de euros en efectivo, 19 vehículos de alta gama, sistemas de comunicación, material informático, dos narcolanchas en el país luso y otras tres embarcaciones en España. En el operativo han participado 250 agentes.

El centro de operaciones de la trama estaba ubicado en una lujosa urbanización de Lisboa, desde donde un histórico narcotraficante español dirigía y coordinaba todas las operaciones navales. También contaban con infraestructura y una amplia red de colaboradores en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, de donde eran originarios los cabecillas del entramado.

La organización disponía de una media de entre ocho y diez embarcaciones de alta velocidad, conocidas como narcolanchas, que se encontraban en todo momento en el agua con sus respectivas tripulaciones, así como de una nutrida red de pequeñas embarcaciones que utilizaba para facilitar a las anteriores todo lo necesario, como víveres o gasolina. La investigación se inició en mayo del pasado año, cuando los agentes detectaron que la organización criminal trató de recoger un cargamento de 6.000 kilos de cocaína de un narcosubmarino proveniente de Sudamérica. Sin embargo, los problemas mecánicos que sufrió la embarcación durante la travesía provocaron su hundimiento, lo que frustró la acción criminal.

A partir de ese momento, las pesquisas policiales giraron en torno al funcionamiento de la estructura de la organización, acreditando que los líderes de la misma estaban asentados en las localidades gaditanas de Sanlúcar de Barrameda, Chipiona y El Cuervo, en Sevilla.

Alta tecnología

Detallan en la investigación conjunta del Servicio de Vigilancia Aduanera, la Guardia Civil y la Policía Nacional que dado el gran potencial económico de la organización, sus miembros contaban con férreas medidas de seguridad y autoprotección, con los más avanzados medios para transmitir la información tanto a nivel individual como en las comunicaciones navales.

Pero gracias a la estrecha colaboración de la Policía Judiciária de Portugal, los agentes localizaron el centro de operaciones del entramado, que estaba ubicado en una lujosa urbanización de los alrededores de Lisboa. Cada vez que había una operación, los líderes de la organización viajaban desde España hasta allí para coordinar la infraestructura necesaria, estableciendo a su vez contacto directo con los responsables de la mercancía estupefaciente.

Colaboradores en Sanlúcar

El entramado contaba con una media de entre ocho y diez embarcaciones de alta velocidad que se encontraban en todo momento en el agua, con sus respectivas tripulaciones, para efectuar los distintos transportes de mercancía de otras organizaciones nacionales o internacionales que demandaran sus servicios. Además, disponía de una nutrida red de pequeñas embarcaciones, incluso pesqueros, a través de las que facilitaban a las narcolanchas gasolina, víveres o cualquier otro material necesario para el cumplimiento de los transportes.

La investigación acreditó que los cabecillas de la organización, originarios de Sanlúcar de Barrameda, empleaban esta ciudad gaditana como base de operaciones en España, debido al perfecto conocimiento que tenían de la zona y la orografía de la misma, así como a la nutrida red de colaboradores con la que contaban en dicho municipio. Esta operación ha permitido abortar hasta cuatro operaciones de la organización criminal, así como la incautación de dos narcolanchas en Portugal y otras tres embarcaciones en España. Por otra parte, la investigación ha acreditado que el entramado desarticulado estaba detrás de aprehensiones recientes de 4.000 kilos de hachís y 627 kilos de cocaína.

La explotación definitiva de la operación, llevada a cabo de forma simultánea en España y Portugal, ha finalizado con la detención de 31 miembros de la organización y la práctica de 24 registros domiciliarios.