Buscando a Suso tras salvarle la vida

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Los vecinos lo vieron grave, llamaron al 061 y ahora nadie les dice dónde está

10 nov 2023 . Actualizado a las 22:52 h.

Los vecinos le han salvado la vida dos veces, pero lo último que saben de él es que se lo llevó una ambulancia. En el barrio vigués de Ribadavia están preocupados por uno de sus residentes de toda la vida. Jesús Vila, de 73 años, se encontraba moribundo y desnutrido en el portal de su casa. Un amigo lo encontró y avisó a los servicios de emergencia para que lo pudieran auxiliar. Ahora quieren saber qué ha sido de él, pero se encuentran con que desde ninguna institución les ofrecen información con el pretexto de la Ley de Protección de Datos.

La única alternativa que les han dado desde la policía es que presenten una denuncia por desaparición. «No me parece normal que tenga que ir al juzgado porque no me quieran decir dónde está Suso. Yo solo soy su vecino de al lado que quiere saber de él. Me pregunta la vecina, un amigo suyo, la familia gitana que vive enfrente y mi madre también está preocupada», afirma Severino, que vive en el portal contiguo a la vivienda en la que Suso lleva más de 40 años residiendo.

Los vecinos no saben si continúa vivo y, si así es, sospechan que podría permanecer ingresado en alguna residencia pública, donde no creen que pueda aguantar mucho tiempo porque dicen que Suso era muy amante de su libertad. La vecina del piso de abajo cuenta que familiares del hombre acudieron a llevarse ropa y que se llevó a cabo una limpieza profunda de la vivienda.

A los vecinos les gustaría conocer su paradero para poder hacerle una visita de vez en cuando. Le han llamado varias veces por teléfono, pero está apagado o fuera de cobertura. Lamentan que, por una cuestión de protección de datos, nadie les pueda decir nada sobre una persona que sigue viva gracias a que ellos se han preocupado por saber de él.

Severino cuenta la última vez que lo vio. «El hombre llevaba tres días mal. Aún así, bajo a la tienda para comprar algo de comida. No fue capaz de volver a su casa y lo encontré agarrado a una farola». Lo cogió del brazo y lo acompañó hasta su casa, pero Jesús Vila acabó desvaneciéndose en el portal de su casa. Severino llamó a una ambulancia.

Desnutrido

La médica que lo atendió comprobó que se encontraba completamente desnutrido. Su vecino cuenta el hombre no cocinaba y nadie lo hacía para él. Se alimentaba de latas de mejillones en salsa de vieiras que compraba en la tienda y de los pinchos que le servían cada vez que se tomaba una copa de vino en alguno de los bares del entorno. El hombre fue trasladado hasta el Hospital Meixoeiro, donde los vecinos creen que estuvo hospitalizado durante un mes, pero a partir de ahí se le pierde la pista.

Dos meses después, en el barrio de Ribadavia muchos vecinos preguntan por él. Además se hace necesario acceder a su vivienda para reparar el tejado y evitar unas filtraciones de agua. El barrio de Ribadavia está formado por muchas viviendas antiguas, muchas de las cuales se encuentran en mal estado. Los vecinos llevan años denunciando el abandono general del barrio, que apenas ha evolucionado en las últimas décadas, con uno deficientes accesos, a pesar de encontrarse en pleno centro de Vigo, a un paso de El Corte Inglés, la calle Pizarro o los juzgados.

El hombre vivió siempre allí con su madre, que falleció hace 15 años. Desde entonces se encontraba solo. Es un vecino de toda la vida, aunque no nació allí. Su familia se instaló en el barrio de Ribadavia cuando tenía 16 años. Siempre se quejaba de que trabajó durante toda vida, pero sin que nadie cotizar por él, por lo que subsiste con una pensión no contributiva de poco más de 400 euros mensuales.

Sobrevivió a una caída en su casa porque en el barrio se acordaron de él

En el barrio de Ribadavia quieren saber dónde se encuentra una persona que no falleció en una ocasión gracias a la solidaridad vecinal. El año pasado lo echaron en falta durante varios días. Al no dar señales de vida, uno vecino decidió avisar a la policía y a los bomberos para accedieran a la vivienda. Gracias a esta iniciativa, lograron salvarle a vida. El hombre se encontraba en el sofá con la televisión encendida, agonizando sin poder moverse y rodeado de desperdicios. El septuagenario se había roto la cadera y no se podía levantar. Llevaba tres días en soledad sin apenas poder moverse ni pedir auxilio. «Ni sentía ni padecía. Estaba como ido mirando la tele. Se hubiera muerto sentado y sin ayuda, si no fuera porque me preocupé por él», recuerda Severino. La casa estaba llena de suciedad. El hombre que se acordó de él recuerda que «el olor era indescriptible y el policía casi se cae redondo al entrar». Señala que su vecino es una persona «muy especial» y que no le gusta recibir ayuda. Sobre todo afirma que nunca deja que nadie entre en su casa de la Travesía do Forno «si no es con una orden judicial».

Ingresado

Permaneció ingresado durante meses en el Hospital Álvaro Cunqueiro y volvió a su casa cuando recuperó la movilidad. Estaba agradecido de que se hubieran preocupado por él. Desde aquel suceso, los vecinos siempre han estado preocupados por él, como lo siguen estando en la actualidad, después de no tener ninguna noticia acerca de donde se encuentra, después de haber tenido que avisar hace más de dos meses a los servicios de emergencia tras encontrarlo moribundo en la calle sin fuerzas para caminar hacia su casa.