Las claves del éxito del Dépor Abanca: la apuesta por la continuidad e Irene Ferreras

TORRE DE MARATHÓN

ANGEL MANSO

La entrenadora madrileña enderezó un proyecto que fue reconstruyéndose poco a poco tras el convulso curso 2021-22

21 abr 2024 . Actualizado a las 05:01 h.

Si el Dépor Abanca ya está en la Liga F no es por casualidad. Detrás hay un gran trabajo de confección de la plantilla, en el que se priorizó la confianza en las buenas futbolistas por encima incluso de los resultados, que no siempre fueron los esperados. La figura de la entrenadora, Irene Ferreras, también es determinante a la hora de explicar el éxito.

La entrenadora

Irene Ferreras cerró una etapa oscura en el proyecto

La repentina destitución de Manu Sánchez en julio del 2021 llevó consigo el sorprendente nombramiento de Miguel Llorente, que sedujo a los entonces rectores del club por su currículo, en el que figuraba su estancia en la cantera del Barcelona. Aquella temporada 2021-22 comenzó mal y terminó peor. A Llorente se le llegó a apartar del cargo, incluso, durante unos partidos, después de que una denuncia anónima propiciara la apertura de una investigación por un supuesto trato inapropiado y vejatorio. Al cierre de la investigación, se acordó «amonestar verbalmente al técnico» y se le instó a que mejorase su forma de comunicarse con el resto de integrantes del equipo, ya que «en ocasiones se descuida por la tensión competitiva». Todo aquello se trasladó al terreno de juego y el Dépor no solo no luchó por ascender, sino que a punto estuvo de caer a la tercera categoría. Ese fue el contexto que se encontró Irene Ferreras en el Deportivo cuando fichó en el verano del 2022.

Una gestión impecable

A pesar de ese escenario poco favorable que se encontró la entrenadora madrileña al llegar al club, su gestión ha sido inmejorable en estos dos años que lleva al frente del proyecto. Avalada por su experiencia en vestuarios de primer nivel (Rayo, Valencia y segunda entrenadora de Toril en el Real Madrid), hizo competir al Dépor desde el primer día. La pasada temporada se le escapó el ascenso en la recta final, quedándose dos veces a tan solo un gol de lograr el objetivo. Esta temporada, volvió a hacer creer a las suyas, que prácticamente no fallaron en toda la Liga. Solo perdieron dos partidos y ambos a domicilio (Espanyol y Barcelona B).

La continuidad

Casi todo el once inicial de la pasada temporada siguió

A pesar del enorme mazazo que fue quedarse tan cerca del ascenso a la Liga F hace justo un año, el club no se inquietó. Mantuvo a prácticamente todo su once inicial de la temporada pasada, con la única excepción de Laura Fernández, que se fue al Alhama. En total fueron 13 continuidades en el proyecto, de las 19 jugadoras que iniciaron la campaña con ficha del primer equipo. Y de las nuevas, una era un regreso: Lía.

Las sociedades Inés-Raquel y Henar-Paula

Dentro del gran acierto que fue darle continuidad al proyecto que se había iniciado en el verano del 2022, ha tenido especial incidencia conseguir generar unas sociedades indestructibles en la columna vertebral del equipo. La pareja de centrales (Inés Altamira y Raquel García) lleva tres años jugando junta y es seguramente la mejor de la Liga. «He tenido mucha suerte con ella. Nos hemos adaptado muy bien las dos. La una a la otra», reconoció Inés a La Voz. «Desde el primer momento nos entendimos muy bien. Creo que lo favorece que también nos llevamos muy bien fuera del campo. Nos compenetramos, y el paso del tiempo va fortaleciendo la dupla», replicó Raquel.

La otra sociedad letal del Dépor es la que conforman Henar y Paula en el centro del campo. Se encuentran sobre el verde hasta sin mirarse. Y eso que esta temporada Irene Ferreras las complementó en determinados partidos con una tercera centrocampista (Ayaka en la primera vuelta y Lucía Martínez en la segunda).

Corregir carencias

Profundidad de banquillo y el lateral zurdo

El Dépor acudió con precisión quirúrgica a los dos últimos mercados. Pocos movimientos, pero muy orientados a corregir carencias detectadas. Después de un año sin una zurda específica para el lateral (solventó la papeleta la diestra Samara), fichó a dos: Clara Rodríguez y Sara Debén. Además, buscó elevar la competitividad interna con la incorporación de Laurina y ADT, provenientes de la Liga F, y sumó a otra centrocampista como Ayaka que dio amplitud a la plantilla. En enero, fue Lucía Martínez, también procedente de la máxima categoría, la elegida para suplir el hueco dejado por la jugadora japonesa, lesionada de gravedad.

Jugadoras contrastadas

Dieciséis futbolistas ya saben lo que es jugar en Liga F

El hecho de contar con jugadoras contratadas, que ya saben lo que es jugar en la máxima categoría del fútbol femenino español, permitió al Dépor Abanca no ponerse nervioso y afrontar el complicado final de campeonato, muy estresante a nivel emocional. Esa experiencia tampoco estuvo reñida con la falta de ambición, ya que la mayoría de esas jugadoras son todavía jóvenes y tienen entre sus objetivos regresar cuando antes a la Liga F, algo que al fin han logrado.

La recuperación de Laurina de su problema de salud mental impulsó al grupo

A pesar de que lo conseguido por el Dépor Abanca pueda parecer fácil, lo cierto es que el equipo también tuvo que afrontar momentos muy delicados. El más complejo fue el sucedido en otoño. El 2 de diciembre, el club anunció que Laurina debía hacer una pausa en su carrera deportiva para cuidar su salud mental. Un duro golpe, ya que suponía perder a su fichaje estrella de manera indefinida.

«No fue fácil parar, pero siempre he tenido claro que la salud mental es lo más importante. Si la cabeza no va bien, nada puede ir bien. Hay que cuidarla, mimarla y darle la importancia que merece. Por ello, estoy trabajando en mí, por mí y para mí. Acompañada de buenos profesionales que me están ayudando a crear una base estable sobre la que dar pasos firmes, sean en la dirección que sean. Me encuentro mejor, cuidando el proceso y el día a día, y avanzando poco a poco», explicó la protagonista en aquel momento, a través de un mensaje en sus redes sociales.

«Sentía que mi pasión, lo que llevaba siendo mi vida desde los cuatro años que empecé a jugar, había dejado de serlo. Ya no me ilusionaba venir a entrenarme. De hecho, lo pasaba mal. Cuando venía de aquí a mi casa, también. Eran los momentos más duros. Entré en un bucle de negatividad, de rechazo. Lo dijo Ricky Rubio hace poco en su presentación en el Barcelona, que al final el personaje se come a la persona. Me siento muy identificada porque llevaba toda mi vida enfocando todo, absolutamente todo, en Laurina y me había olvidado de Laura. Entonces, era muy importante volver a encontrarme conmigo misma, recuperar a esa Laura, trabajar en ella. Y una vez tuviera una base estable sobre la que sostenerme, volver a involucrar a Laurina en esa parte», explicó meses después en rueda de prensa, ya recuperada.

Su vuelta, el 7 de febrero, llegó en el momento preciso para espolear a sus compañeras, dolidas porque acababan de perder a Ayaka, y transmitían dudas en algún partido. «Su vuelta fue un clic para nosotras. Nos reforzó mucho. Y físicamente era como si no se hubiera ido», reconoció Irene Ferreras en Radio Voz.