El domingo llegaba el líder a Riazor para dejar tocado al Dépor. Trece puntos de diferencia serían una distancia más que preocupante, quizá irrecuperable, pero Imanol Idiakez apostó por juventud, piernas y ese nuevo esquema del que tanto hemos hablado. Este consiste en que Lucas Pérez juegue con uno de referencia a su lado, los dos niños ocupando las bandas y, en el medio, Diego Villares y otro más.
No sé si se ha cansado de darle oportunidades a un Salva Sevilla que desde que llegó a la ciudad ha dado más que hablar por la lesión que traía y los errores que cometió, que por marcar diferencias; lo cierto es que no jugó de titular y tampoco lo hizo de suplente.
Siempre me he declarado fiel defensor de los sistemas acabados en dos; 4-4-2, 5-3-2, 3-5-2 y cuales quiera que se puedan formar. El denominador común es el mensaje que envías a tu rival y a ti mismo. Cuando desproteges tu centro del campo, sueles incidir a lo largo de la semana en lo importante que es la vuelta, en caso de pérdida, a los jugadores más adelantados. El esfuerzo no se negocia, lo haces para seguir jugando y que se siga apostando por ese esquema; por tanto, te implicas más, también lo hacen los dos del centro del campo que necesitan dar su cien por cien para poder ser dueños y señores del sector.
El mensaje que envías al otro equipo es que no te has planteado especular, quieres ser protagonista en ataque y por eso lo ocupas con más futbolistas; para que el adversario tenga que protegerse mejor, y sobre todo visitando Riazor.
Con lo que no se contaba es que, jugándose tanto Idiakez, su puesto de trabajo al menos, apostase por un planteamiento tan descarado y arriesgado frente al líder, sacrificando vacas sagradas. Pero lo cierto es que lo hizo y le salió de diez.
Principalmente, porque el equipo ganó, mostrando su mejor versión en el templo coruñés y, no olvidemos, lo logró con cuatro de Abegondo en el once inicial. Lo de estos cuatro mejor ni lo toco, suscribo cualquier artículo que se publique a lo largo de esta semana sobre ellos. Qué bendición.
Cierto es que el míster se ha dado cuenta tarde de quién sí, y quién no, pero al fin y al cabo se ha dado cuenta. «El Dépor ya duerme en play off, Idiakez respira y en Ponferrada, Barreiro, Tarragona y León comienzan a oler un Deportivo campeón».