Iván Arós, artista: «Me gusta la sensación de poder elegir papel, de pelearme buscando tintas»

PONTEVEDRA CIUDAD

El artista pontevedrés expone su «Realidad imaginada», una veintena de obras, en la galería Musart hasta este martes

09 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta el próximo martes, Iván Arós (Pontevedra, 1982), también conocido bajo el seudónimo de Esfenodon, lleva su Realidad imaginada a la galería de arte Musart de Pontevedra. «Es un proyecto artístico puramente personal en el que llevo trabajando casi desde que tengo noción de trabajar como artista. Todo esto ha eclosionado hace relativamente poco porque estuve trabajando en el estudio de arte haciendo divulgación científica, que es a lo que paralelamente me dedico, y tenía ganas de recuperar mi proyecto más personal y darle más visibilidad. Fue cuando contacté con esta antigua compañera, Beatriz García, que trabaja como curadora de arte y le abrí las puertas a que entrase en mi estudio a ayudarme a organizar un poco mi obra. Entendió que había obras a las que debía darle visibilidad», señala.

—¿Y el título?

—Cuando me pongo a trabajar en mis obras para mí es más cómodo y más divertido tener como una especie de guion mental de un mundo paralelo en el que ocurren las cosas que estoy dibujando no. No todo tiene porqué estar hilvanado en la misma historia porque trabajo cosas muy diferentes, algunas un poco más amigables, como esas escenas tirando hacia la nostalgia, hacia algo clásico, con esos coches de los 70 y esas personas como más tranquilas en una imagen del atardecer, mientras que otras escenas, tal vez, invitan a algo un poco más surrealista, un poco más de ficción. En ambas líneas de trabajo, me es más fácil si me imagino como de mundo paralelo en el que tengo... No pretendo tener una narrativa coherente, no, pero me es más fácil si me imagino esa especie de mundos en los que estoy trabajando.

—Algunas de sus obras tienen una estética cómic...

—Totalmente. Sí, sí. Totalmente acertado porque realmente para mí el cómic, que es un mundo en el que he hecho algún pinito, entro y salgo de vez en cuando, es un mundo que me interesa mucho porque trata la imagen desde ese punto de vista narrativo y aparte de que soy un consumidor de cómics desde siempre. Es una técnica visual que me atrae mucho porque te permite expresar escenas e historias tan diferentes a través del dibujo y la pintura que para mí es un una tentación constante. Sí que intento hacer que las obras funcionen individualmente, que no tengan por qué ser vistas en un conjunto como podría ser cómic, pero obviamente es un mundo que me influye un montón, por supuesto. Muy buen ojo por tu parte porque es tal cual.

—En todo caso, no es la única, por así decirlo, técnica que se puede observar en la muestra?

—Las técnicas con las que yo más cómodo trabajo... Si te soy sincero, me gusta un poco todo. En mi trabajo a nivel de estudio, siempre me gusta hacer algo un poco diferente, por lo que he ido tocando un poquito de todo. En la exposición se van a ver, sobre todo, obras de tinta y trabajo digital. Aunque Beatriz García intentó que haya un 50-50, creo que va a predominar un poco más el trabajo de tinta. En el día a día trabajo tanto con la ilustración digital que encontraba como cierto refugio y cierto descanso volviendo a técnicas más tradicionales. Personalmente, me gusta la sensación de poder elegir papel, pelearme eligiendo tintas. Soy bastante maniático a la hora de buscar las tintas perfectas y la tinta con la que me siento cómodo. De todas formas, la técnica con la que trabajo la tinta y la técnica con la que trabajo el digital es muy parecido. Si se imprimiesen y se pusiesen uno al lado del otro se parecerían bastante.

—En todo caso, ¿de cuantas piezas se compone la exposición «Realidad imaginada»?

—Ahí me pillas. No te sabría decir exactamente, pero creo que unas veinte piezas. Hay algunas bastante grandes, que creo que son de las que más llaman la atención porque es un formato un poquito peculiar, son de 180 centímetros de alto y 30 de ancho. Tienen casi el tamaño de una persona. Son ilustraciones a escala real y luego hay otras más pequeñitas, tamaño folio. Hay un poco de todo.