Vaya por delante que soy una convencida del modelo híbrido de trabajo. Una combinación de teletrabajo con presencia en la oficina, desde mi punto de vista, es la combinación idónea. El trabajo se ha redefinido, ya no es lo que haces en la oficina sino lo que haces, independientemente de dónde lo haces.
¿Por qué es bueno el teletrabajo?
Es una herramienta poderosa en el mundo laboral moderno. Su impacto positivo en la conciliación, productividad y atracción de talento, así como su contribución a la reducción de emisiones de gases invernadero, hacen que esta modalidad siga ganando terreno.
Sin embargo, como en toda polémica, surgen voces discordantes respecto a la distribución de los días de teletrabajo. Algunos críticos argumentan que ciertos días pueden ser menos productivos, acusando a algunos empleados de querer «escaquearse» de sus responsabilidades. Para mí, lo crucial radica en enfocarse en los resultados y la responsabilidad individual de cada empleado, más allá de la modalidad de trabajo.
La verdadera discusión gira en torno a encontrar un balance adecuado entre el trabajo a distancia y el trabajo presencial. ¿Debería ser un modelo 2+3 (teletrabajo y presencial) o 3+2? Como buena gallega, diría «depende», según las necesidades y naturaleza de cada empresa. Lo importante es establecer un esquema que permita el máximo rendimiento y una convivencia armónica entre ambas modalidades.
¿Cuáles son las razones para volver a la oficina? Tres fundamentales, a mi modo de ver.
1. Creatividad e innovación en su máxima expresión. Es conocida la paradoja del teletrabajo en cuanto a que sube la productividad y reduce la creatividad. La oficina física brinda un entorno único y valioso para fomentar la creatividad y la innovación. El hecho de reunir a individuos con diferentes habilidades, perspectivas y antecedentes crea un caldo de cultivo para el intercambio de ideas y la colaboración creativa. La comunicación cara a cara, las sesiones de lluvia de ideas informales y los encuentros fortuitos en el pasillo pueden dar lugar a soluciones innovadoras y nuevas oportunidades de negocio.
2. Aprendiendo a lo grande. Tremendamente importante para los más jóvenes y los recién llegados. La interacción directa con colegas y superiores también facilita el mentoring y el aprendizaje informal, y se pueden adquirir habilidades y conocimientos valiosos al observar y trabajar con otros.
3. La oficina es el club social. Hay una necesidad innata de interacción social para evitar el aislamiento, un factor que afecta a la salud mental. La interacción cara a cara fomenta un sentido de pertenencia y camaradería entre los empleados, lo que puede fortalecer la cultura empresarial y mejorar la moral.
Las conversaciones informales, los cafés compartidos y los eventos sociales después del trabajo contribuyen a la construcción de relaciones sólidas entre compañeros de trabajo.
La oficina y el teletrabajo forman un dúo poderoso para impulsar nuestro crecimiento laboral. En la oficina, la creatividad se despierta, el aprendizaje se expande y la camaradería florece, mientras que el teletrabajo nos brinda flexibilidad y productividad. Juntos, encuentran el ritmo perfecto para la nueva sinfonía laboral.