Armados hasta los dientes

Claudia Luna Palencia
Claudia Luna Palencia POR LA ESPIRAL

OPINIÓN

OLEG PETRASYUK | EFE

23 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Según la OTAN, los aliados europeos y Canadá dieron más apoyo a la partida de Defensa por octavo año consecutivo. Del 2021 al 2022, el gasto militar se incrementó un 2,2 % en términos reales y en dinero implicó 350.000 millones de dólares.

En el 2022, siete aliados cumplieron con su compromiso de gastar el 2 % de su PIB en defensa. Estados Unidos sigue siendo el país del mundo con el mayor gasto militar, con 821.830 millones de dólares y prevé incrementarlo entre un 2,5 % y un 3 % en el próximo presupuesto. La Unión Americana gasta en defensa casi cuatro veces el presupuesto de China y dieciocho veces el gasto militar del Kremlin.

Solo el año pasado, el gasto militar total de la OTAN, fue superior al billón de dólares pero el compromiso de sus países miembros pasa por una mayor capacidad de defensa y disuasión. Así quedó recogido en el más reciente cónclave de la organización, los días 11 y 12 de julio, en la capital de Lituania.

De acuerdo con el informe de la OTAN, desde que se inició la invasión de Ucrania, los aliados han proporcionado un apoyo sin precedentes al país: con alrededor de 120.000 millones de dólares en asistencia militar, humanitaria y financiera tan solo en 2022.

Si bien Estados Unidos es el mayor contribuyente individual, Europa y Canadá proporcionaron más de la mitad de la asistencia general. Los europeos también dieron la bienvenida a casi cinco millones de refugiados de Ucrania.

Los países que otrora no querían gastar ni media décima del PIB en defensa están sacudiéndole el polvo a su arsenal militar rebasado por los avances tecnológicos. La invasión rusa a Ucrania ha sido una vitamina para la OTAN. Los países del Este de Europa, presionan para que la alianza trasatlántica tenga más presencia e implicación en reforzar el flanco oriental.

Al incremento en el gasto militar se ha sumado un cambio en el paradigma de la seguridad colectiva, gracias al nuevo concepto estratégico que identifica a Rusia como la amenaza más significativa y directa para la seguridad aliada e incluye, por vez primera, como alto riesgo a la República Popular China.