Exploradores y granjeros

Susana Quintás CONSEJERA ASESORA PARA METRIKUS-ESPAÑA Y LATAMS

OPINIÓN

María Pedreda

25 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Un buen amigo mío ve el mundo de la empresa dividido en dos tipologías: exploradores y granjeros. Ambas totalmente necesarias. Los exploradores, sin granjeros se morirían de hambre. Sensu contrario, los granjeros sin exploradores se quedarían anclados en el pasado.

¿Cómo reconocer a un explorador? En la empresa, el explorador es el que innova, busca nuevos caminos y construye desde cero. Es el que identifica la próxima gran oportunidad para la compañía y deja los detalles al granjero. Los exploradores tienen una capacidad muy buscada: aprenden constantemente y, además, prosperan en un entorno acelerado.

¿Cómo saber si eres granjero? Por el contrario, un granjero es eficiente y está orientado a la gestión. Perfecciona lo que ya existe. Le gustan los entornos donde las normas y los procedimientos son claros y están establecidos.

Ambos deben tener la habilidad de adaptarse cuando las circunstancias lo requieren; especialmente en este entorno líquido, donde las fronteras se desdibujan.

Pregunta para el lector: ¿sabes ya a qué categoría perteneces?

En la mayoría de las empresas hay una preponderancia de personas y esfuerzos dedicados a hacer funcionar la organización actual. Casi todos los procesos y personas se centran en los resultados a corto plazo y en mantener el modelo existente perfectamente engrasado. Escasean los exploradores, especialmente en las empresas más establecidas.

Lo que quizá sorprenda más es que ambos estilos son compatibles con el éxito. Para muestra, un botón: Apple. El desaparecido Steve Jobs era un explorador incansable, creía en «inventar productos excepcionalmente buenos» y así ideó el ordenador Mac, el iBook, MacBook Pro, el iPod, la tienda iTunes, ¡el iPhone y el iPad! Revolucionó el mundo de los ordenadores personales, cambió la forma en la que la música se consumía y vendía en el mundo y transformó el mundo de los móviles inteligentes.

El enfoque de Tim Cook se centra en perfeccionar lo que ya existe, más granjero.

Ambos han hecho grande a Apple. Jobs fue reconocido como el mejor consejero delegado de su generación: multiplicó el valor de las acciones por 140 veces desde la salida a bolsa, de los 2 euros a los 280 euros del día en que falleció. Con Cook, la valoración de la compañía ha superado los 2,7 billones de dólares y ha resistido en los 2,3 billones después de la debacle de mercados que está ocurriendo, equivalente a todo el PIB de Francia, el segundo país de la UE. Sus resultados recientes han sido los más altos en la historia, con 124.000 millones y un crecimiento interanual del 11 %. No está mal para un granjero, ¿no?

En realidad, la necesidad de que prime un perfil u otro en la cúspide de la pirámide de la empresa va a depender mucho del momento de la compañía, entorno y del momento de ciclo.

Si bien es cierto que, en los tiempos que corren, no ha habido nunca tanta necesidad de pensamiento disruptivo y de agilidad organizativa. En realidad, necesitamos exploradores con dotes de granjero. Ambos perfiles son necesarios, ya que, como dice un proverbio etíope, cuando las arañas tejen juntas pueden sujetar un león.