Por ahora, mejor llevar la mascarilla en interiores

María del Mar Tomás Carmona MÉDICO MICROBIÓLOGA DEL HOSPITAL A CORUÑA. INVESTIGADORA PRINCIPAL DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN BIOMÉDICA (INIBIC) Y PORTAVOZ DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ENFERMEDADES INFECCIOSAS Y MICROBIOLOGÍA CLÍNICA (SEIMC).

OPINIÓN

21 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Como todos ya sabemos, la principal vía de contagio de la infección covid-19 es la vía aérea y, concretamente, las partículas llamadas aerosoles que emitimos al respirar, hablar, cantar, toser o estornudar. Dichas partículas se acumulan en los espacios interiores, incrementándose su concentración a lo largo del tiempo.

Dos son las medidas preventivas más eficaces para evitar el contagio por aerosoles, la ventilación y las mascarillas. Y aunque la vacunación favorece la capacidad de eliminar el virus de forma más rápida evitando la sintomatología grave, las secuelas, la hospitalización y la mortalidad, no evita el contagio por el coronavirus.

Según un estudio publicado en Estados Unidos por investigadores del grupo ACGIH con datos del Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), se estima la baja protección de las mascarillas de tela y quirúrgicas en comparación con las mascarillas FFP2. En dicho estudio concluyen que los tiempos de contagio para dos personas infectadas localizadas en un espacio interior sin adecuada ventilación, según las mascarillas utilizadas, son: 27 minutos para las de tela, 60 minutos para las quirúrgicas y 25 horas para las FFP2. Además, los autores destacan la importancia del ajuste de la mascarilla y su sellado para obtener una adecuada eficacia de filtración de aerosoles.

Estos datos, junto con la elevada incidencia de infección por covid-19 actual, y la campaña de vacunación infantil en proceso, plantean la necesidad de tener precaución con la retirada de las mascarillas en interiores hasta que ambos factores estén controlados, lo cual podría ocurrir en dos o tres meses, aproximadamente.