Traspasos y traspiés

Cristina Ares PROFESORA DE CIENCIA POLÍTICA Y DE LA ADMINISTRACIÓN EN LA UNIVERSIDAD DE SANTIAGO

OPINIÓN

Javier Lizon | Efe

14 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En referencia a la nota de despedida de Iván Redondo como director del gabinete de la Presidencia del Gobierno, una capacidad frecuente en las personas que sirven para estar en cualquier sitio de cierta trascendencia en términos colectivos es saber parar. La huida hacia delante puede provocar algún traspié que, precisamente, no termine por derribar a Pedro Sánchez, supuesto objetivo de algunas y algunos acelerados.

Como es conocido, en la política, en la empresa, como en la vida, las personas definen los problemas e interpretan los hechos de acuerdo con su carácter. Por ejemplo, una persona espléndida apreciará fácilmente la generosidad en el comportamiento ajeno mientras que una avara, ante los mismos hechos, como poco se preguntará por supuestos intereses ocultos. En el debate político actual español, desde la distancia de cualquier mercado, que, en mi escuela, es imprescindible para poder dedicarse a la ciencia, observo con tristeza que, a veces, se reacciona sin mirar.

Por si resultasen de alguna utilidad, apunto algunas consideraciones. Si repasamos los partidos o coaliciones electorales que han obtenido representación en el Congreso de los Diputados, pongamos, desde el momento de las Olimpiadas de Barcelona-Expo 92 de Sevilla-Xacobeo 93 a este Año Santo Compostelano 2021-2022, algo más de dos de cada tres, casi el 70 %, son fuerzas regionalistas o nacionalistas, de múltiples comunidades autónomas, desde Asturias y Cantabria a Canarias o Valencia, pasando por Andalucía y Aragón, entre otras; sin mencionar los territorios que algunos sectores denominarían sospechosos habituales, entre ellos Galicia.

Este dato podría conducir a repensar la reforma de la legislación electoral, que es una opción entre otras. En cualquier caso, la realidad del país salta a la vista de cualquier persona que la quiera mirar, e incluye un único partido nacionalista español, Vox, y también a un Pablo Casado que todavía no nos ha explicado cómo piensa gestionarla cuando le toque estar en la Moncloa, ya que, como con el chuletón, chirriaría y sería desaconsejable entrar a gobernar el idioma y/o el sentimiento de las casas plurilingües.

Continúo. Traspaso no es traspié. Lo que dice Sánchez de su nuevo Gobierno no solo no está, sino que encabeza el texto del primer acuerdo de coalición para España; cohesión territorial, social, verde y feminista figuran desde la página uno, por cierto, solo después de: consolidar el crecimiento y la creación de empleo. Lo único que no veo es recuperación, quizá porque el 30 de diciembre del 2019 lo que no había era pandemia.

Termino. En España, plurilingüe y europea, no hay elecciones generales convocadas ni se las espera en dos años. De todos modos, esos comicios se celebrarán en este ciclo institucional de la UE que concluirá avanzado el 2024. Digital, verde, justo y feminista también son las prioridades en la programación europea desde el 2019. A veces, en mi propio país, tengo la impresión de tener que elaborar mucho lo obvio. No es el caso hoy.