«¡Caray con la tropa, sigue con sus quehaceres!»

Ventura Pérez Mariño PUNTO DE ENCUENTRO

OPINIÓN

27 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Ninguno de nosotros puede decir que vivimos en un país aburrido. Cada día nos desayunamos sin desmayo con una nueva noticia caliente. Se reiteran tanto, que de forma generalizada hemos llegado a un punto en el que los ciudadanos pasamos, abochornados con las novedades. La opinión pública ha dejado de sorprenderse.

Sin echar la vista atrás, en los últimos días han saltado a la escena unos presuntos y desconocidos que se dicen hijos del rey Juan Carlos I, pleiteando para que se les reconozca. Magdalena Álvarez forzada a renunciar en la institución económica más importante de Europa. La infanta acomodándose en el banquillo. Sindicalistas enriqueciéndose y sosteniendo al sindicato con dineros no suyos. Al alcalde de Ferrol lo meten en la operación Pokémon... no sigo. Pero hay una noticia que sorprende y parecía imposible de que se diese por la calidad de la institución protagonista: el Tribunal de Cuentas.

Se ha divulgado esta semana que no menos de cien personas de las setecientas que allí trabajan tienen vínculo de parentesco entre ellos; destacando los ex presidentes del comité de empresa (uno de ellos tiene nueve familiares) y los altos y ex altos cargos del referido organismo.

El Tribunal de Cuentas se ha convertido, al menos en apariencia, en una especie de reducto donde se colocaba a los familiares. Un organismo en el que se cobra un treinta por ciento más que en cualquier otra institución homologable, con una media de tres mil euros mensuales.

Decía más arriba que estamos acostumbrados a todo, pero confiábamos en que algunas instituciones eran diferentes. Una de ellas, el Tribunal de Cuentas, cuya actividad es controlar las economías de las administraciones publicas y de los partidos políticos.

Pues no, el nepotismo lo ha invadido y, lo que es peor, aquí no pasará nada. El Partido Popular y el PSOE han pedido información, como si ellos no fueran parte del entramado al proponer a los consejeros que son elegidos por las Cortes Generales. De los doce, en la actualidad siete son propuestos por el PP y cinco por el Partido Socialista Obrero Español, consensuando uno de ellos con Izquierda Unida.

El presidente del Tribunal de Cuentas se ha dado prisa y ha justificado la realidad del parentesco existente con el argumento de que, los trabajadores que obtenían una plaza lo hacían por medio de una oposición libre y abierta; olvidándose de indicar que en los tribunales de oposición, tres de sus cinco miembros eran funcionarios del propio Tribunal, que no pocas veces la convocatoria se hacía en épocas veraniegas y que, por último, las posibilidades de filtración de las preguntas aumentaban con las relaciones familiares. Es más, tampoco señaló el presidente que las oposiciones solían tener un ejercicio consistente en una entrevista personal. Nos quieren hacer tontos.

Nadie con dos dedos de frente puede poner en duda el nepotismo que en el Tribunal de Cuentas se producía. Matarán al mensajero y cambiaran todo para que todo siga igual (Lampedusa). «¡Vaya tropa!» dijo Romanones. Si hoy viviera, volvería a decir «¡Caray con la tropa, sigue con sus quehaceres!».