Familias que acogen en verano a niños saharauis: «Isto non cansa, faise curto»

«Os nenos que veñen aprenden cousas, pero os de aquí que están con eles aínda aprenden máis». Así resume Marisol Carreira su experiencia en Vacacións en Paz, el programa de acogida durante el verano de niños residentes en los campamentos de refugiados saharauis instalados en el desierto de Argelia. En la casa de Marisol en Lugo estuvo el verano pasado Suadu, una niña de 9 años que volverá este año. El programa tiene ya más de treinta años de historia, y las organizaciones que lo sostienen quieren reforzarlo en este 2024 e incrementar el número de niños que vienen para dejar por dos meses las penurias de la vida en el desierto como refugiados, pero para eso necesitan más familias que los acojan.

Maite Isla, vecina de Ponteareas y presidenta de la asociación Solidariedade Galega co Pobo Saharaui (Sogaps), estuvo este sábado en Monforte en una de las reuniones que están llevando a cabo para dar a conocer el programa. Ella espera que Galicia acoja este verano a unos trescientos niños saharauis. «Serían case cen máis que no 2023», explica.

Esperan conseguirlo reactivando la acogida en comarcas que en los últimos tiempos no habían participado, o lo habían hecho muy poco. Como las de Chantada o Monforte, localidad esta última que fue pionera a principios de los años 90 cuando se puso en marcha el programa Vacacións en Paz. En noviembre se cumplirán 30 años del hermanamiento oficial entre Monforte y Mahbes, el primero entre un ayuntamiento gallego y una localidad del Sáhara Occidental. Y el año que viene hará 30 de la llegada de los primeros niños que pasaron el verano con familias monfortinas. «En Monforte había unha rede moi forte que se foi perdendo, pero hai xente que a está reconstruíndo», asegura Maite Isla.

Gente como Alberto Pérez, que el pasado mes de diciembre viajó con el también monfortino Manuel Luaces a los campamentos de refugiados saharauis en Argelia para conocer su realidad y ganar experiencia para reactivar ese movimiento local de solidaridad. «Hai xente interesada en acoller nenos saharauis este verán en Monforte —asegura Alberto Pérez—, pero aínda non é posible dicir cantos van poder vir».

La experiencia de los que acogen

La lucense Marisol Carreira empezó a participar en el 2017. Aquel verano recibió en su casa a Safia, una niña que en aquel entonces tenía 12 años. Lo hizo porque le pareció que si podía ayudar tenía que hacerlo. Aquel primer verano no se arrepintió y tampoco en los veranos que vinieron después.

Safia tiene ahora 16 años y ha entrado en el denominado programa Madrasa, que es como el de las vacaciones, pero a la inversa. Ahora está estudiando en Galicia y vive en casa de Marisol, pero en verano vuelve al Sáhara. Suadu es su hermana y este va a ser su segundo verano en Galicia.

«Isto non cansa, ao contrario, a ver se este ano están os meses de xullo e agosto completos, que no 2022 e o 2023 durou un pouco menos e fíxose moi curto», asegura Marisol Carreira.

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