Prodeme aparca la ganadería y plantará 5.000 olivos en Monforte

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

MONFORTE DE LEMOS

Cortiñas, con el personal de Prodeme, ayer en la plantación de la finca de la calle Ourense
Cortiñas, con el personal de Prodeme, ayer en la plantación de la finca de la calle Ourense CARLOS CORTÉS

El proyecto para la producción de aceituna arranca en una finca del casco urbano

18 abr 2024 . Actualizado a las 05:10 h.

La comercialización de bueyes para carne, proyecto iniciado en el 2016, pronto dejará de ser una fuente de ingresos para Prodeme. El precio al que llegan sus reses en las subastas es la mitad del que se considera rentable. «Tes que vendelos si ou si. Se os traes de volta hai que seguilos mantendo», señala Julio Cortiñas, gerente de la asociación. Desde su creación hace 44 años, esta entidad sin ánimo de lucro trabaja en Monforte para prestar servicios a las personas con discapacidad intelectual. En ese tiempo puso en marcha todo tipo de iniciativas para favorecer su integración sociolaboral y generar al mismo tiempo recursos económicos. Incluida la explotación agropecuaria que ahora será reconvertida para probar suerte con la producción de aceituna.

La primera plantación de olivos quedó lista ayer en una finca de alrededor de 10.000 metros cuadrados ubicada en pleno corazón de Monforte. Ocupa una parcela a la altura del número 180 de la calle Ourense —entre el concesionario Opel y las viviendas sociales—, que adquirió Prodeme en el 2014 por 363.000 euros con vistas a la fallida construcción de un centro geriátrico. «O investimento na residencia era demasiado para nós e poucas cidades poden presumir de ter un oliveiral no medio do casco urbano», dice Cortiñas.

El terreno de la calle Ourense donde se plantaron los primeros 400 olivos albergaba hasta la fecha un campo de nabos para forraje. Una pala excavaba a primera hora de la mañana de ayer los últimos hoyos en los que se levantan los árboles, sujetos a estacas de madera que les sirven de tutores. Los bordes de esos huecos se rellenan con abono procedente de la granja que puso en marcha hace treinta años Prodeme en la zona de As Lamas. El fertilizante se despachaba sobre todo a propietarios de viñedos y a partir de ahora dejará de producirse. Todos los terneros de la explotación ya están vendidos y solo quedan por colocar 65 de los bueyes.

Las cuentas no salen

«Todo o mundo anda a desfacerse da gandería e iso motiva un exceso de oferta. No caso dos bois hai moita venda mediática, pero a realidade que vemos nós é outra», apunta el gerente de la asociación. En las últimas subastas en Silleda vendieron bueyes por algo más de 4.000 euros la res. Según Cortiñas, por debajo de 8.000 euros cada animal no salen las cuentas. «Son —detalla— períodos de crianza moi longos nos que ademais hai que facer un gasto elevado en cereal para conseguir vetas de graxa. O mercado é o que é, e nós imos dedicarnos a outras cousas».

Entre este y el próximo año está previsto plantar en total alrededor de 5.000 olivos, en su mayor parte en las fincas del entorno de la nave de As Lamas donde pastaba el ganado. El destino de las aceitunas —sean para su venta o para la comercialización propia de aceite— se decidirá sobre la marcha y cuando la superficie esté en producción.

Una acequia en la finca de la calle Ourense garantiza el agua en períodos de sequía

Los municipios de Quiroga y Ribas de Sil producen en el sur lucense aceites de alta calidad a partir de las variedades de aceituna más extendidas y otras consideradas autóctonas de ese valle del Sil. El olivo también ha demostrado una excelente adaptación en zonas de la ribera de ese río en Sober y A Pobra do Brollón, y en las laderas del Miño a su paso por Pantón. La única incógnita sobre la rentabilidad de su cultivo en Monforte radica en el peligro que suponen para el fruto las heladas tardías de la primavera. La variedad «sultana», que va a ser suministrada a Prodeme desde Andalucía, es de maduración temprana, muy resistente al frío e idónea para plantaciones de alta densidad,

«Penso que non imos ter problemas porque as oliveiras danse en sitios con temperaturas máis extremas», opina Julio Cortiñas. Curiosamente, por uno de los extremos de la finca urbana en la que acaban de plantar los 400 primeros olivos discurre una acequia del canal regadío que garantizará el suministro de agua en los meses de mayor sequía.

Alternativa al abandono

Prodeme cuenta para este proyecto con el asesoramiento de uno de los productores de aceite de la comarca de Quiroga y no se plantea objetivos económicos al menos a corto plazo. «De momento conformámonos con que os árbores saian adiante. O custe das plantas non nos vai arruinar e en tres ou catro anos imos saber o que pode dar de si a plantación», explica el gerente de la asociación. En última instancia, comenta Cortiñas, el olivar es una forma de que las fincas en las que pastaba el ganado «non queden ao monte».

Una nueva variedad para la futura plantación

Los primeros olivos plantados por Prodeme son mayoritariamente de arbequina y picual, dos de los cinco tipos de aceituna más extendidos en España. En el resto de la explotación el protagonismo corresponderá una nueva variedad fruto de una investigación llevada a cabo por la Universidad de Córdoba en colaboración con Balam Agricultura. Esta empresa tiene la exclusiva para la distribución de los olivos de la variedad «sultana» y llegó a un acuerdo con la asociación para venderle un cupo de plantas.