Los profesores de FP básica reclaman más recursos para impulsar la etapa

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Formación de profesores de FP básica en el IES Muralla Romana (Lugo)
Formación de profesores de FP básica en el IES Muralla Romana (Lugo) OSCAR CELA

«Si nosotros fallamos, estos chicos se quedan en la calle», dice una docente

25 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La FP básica cumplió diez años y se va consolidando como una etapa muy importante de la educación gallega: recupera al 60-70 % de los alumnos que no encajan (o a los que no se les permite encajar) en la ESO. Pero los docentes que trabajan con este estudiantado lamentan no tener mejores ratios de titulación, y creen saber la causa: faltan recursos para el reto ineludible que afrontan. «Tenemos que hacer más porque si fallamos, sin secundaria y sin saber hacer nada, estos chicos se quedan en la calle. No podemos permitirlo como sociedad, y además nos sale mucho más caro», dice Nuria Tarrío, vicedirectora del CIFP Someso (A Coruña) y experta en convivencia.

Los docentes de la básica, tanto de materias académicas —tienen que cursar en dos años un mínimo de la formación de la ESO— como de talleres, creen que ya se ha pasado la primera etapa de esta FP, la de la consolidación: nadie duda de la validez de una etapa nacida con la Lomce —para muchos, lo mejor de esa ley— y que la Lomloe ha impulsado al concederle automáticamente la titulación de ESO. También ha ido perdiendo en estos años el rechazo que generaba inicialmente: «Noto que o profesorado intenta mellorar. Apuntámonos a todos os cursos», dice Marcel Shall, profesor de hostelería en el CIFP Carlos Oroza (Pontevedra). Incluso hay un cambio en la percepción del alumnado: «Nosotros no los tenemos aparte. Los alumnos ven que nos importan. Este año se encargaron de la decoración de Navidad del instituto, les hemos dado importancia», añade Luis Beceiro, profesor de la familia de Madeira en el CIFP Ferrolterra.

«Son clases de 18 alumnos que todos tienen algo detrás»

Así que una vez consolidada, sabiendo profesorado, centros y consellería lo mucho que puede aportar, llega el momento de impulsar los aspectos que mejor funcionan. Los profesores destacan sobre todo dos: más recursos humanos y mejor formación.

Apoyo fundamental

«No tenemos margen para poner dos profesores en el aula, que es lo que necesitamos —asegura Tarrío— y que resulta esencial» para que cuando se explica algo ningún alumno se quede atrás. «Son clases de 18 alumnos que todos tienen algo detrás. En un aula ordinaria hay dos así, en las nuestras, ninguno que no tenga algún problema».

Marta Dacal, jefa de estudios del IES Muralla Romana, de Lugo, es de la misma opinión: «En el instituto tenemos el cupo de profesores que tenemos y es muy complicado poder destinar dos a estas clases. Hacemos apaños, pero no llegan», reconoce. Ella dice que nota mucho el segundo profesor: «En las materias comunes, como lenguas o Matemáticas es fundamental para apoyar a los alumnos que necesitan más ayuda, y en los talleres, funciona muy bien».

No solo importa el número. Nuria Tarrío aboga por considerar la FP básica algo similar a los centros de difícil desempeño: «A estos centros no solo te presentas voluntario, sino que tienes que generar un proyecto para optar al puesto. Algo así sería necesario para la FP básica».

«Con un año no te llega, necesitas estar un curso y al siguiente mejorar»

Porque es una etapa tan apasionante como difícil. Cada alumno carga con dos mochilas «la de la escuela y la de casa», dice Beceiro, porque tanto pueden tener dificultades de aprendizaje como problemas de conducta —«alguno viene con 20 partes de mala conducta por evaluación, y está acostumbrado a que lo aparten, y nosotros no podemos hacerlo», recalca el profesor del Ferrolterra— o simplemente llegar de otro país. «A los niños que vienen del exterior les cuesta adaptarse, incluso aunque tengan el mismo idioma», reconoce Tarrío, quien apunta que la adolescencia no lo pone fácil.

«Hacen brillar al alumno»

Todo esto hace que dar clase sea complejo. «Valoro muchísimo a los profesores que eligen esto», dice la vicedirectora del Someso, porque son capaces de «hacer brillar a los alumnos».

A la vez, eso tiene un coste: «De cinco profesores do ano pasado, só dous repiten», reconoce Marcel Shall. Y Luis Beceiro cree que para ser un buen docente de esta etapa hay que estar varios años: «Con un año no te llega, necesitas estar un curso y al siguiente mejorar». 

El objetivo: cohesionar la clase y motivar al estudiante

La formación es la otra gran apuesta de los docentes de la etapa. Marta Dacal es un claro ejemplo de ello: «Me animé a formar parte del equipo directivo del IES para impulsar las acciones en FP básica», reconoce. Asume que ni la dirección de un centro ni la consellería pueden (ni deben) obligar a los profesores a hacer formación, —«hay gente aquí que nos da formación, yo no puedo obligarles a que haga ningún curso», comparte con ella Nuria Tarrío, quien señala, igual que los otros docentes, el trabajo hecho por los profesores y directivos del IES Montecelo—, pero aún así 14 profesores de FP del Muralla Romana están yendo a clases de forma sistemática. Esta semana tuvieron un taller que se titulaba Reprogramando a básica, porque asumen que no pueden entrar en el aula como quien va a segundo de bachillerato. De hecho, han descubierto que las primeras clases deben centrarse en hacer una piña del alumnado: «Son alumnos acostumbrados al fracaso, a no ser queridos en ningún sitio. Tú no te planteas coger a estudiantes que sacan 10 y decirles ‘‘bueno, ahora este año vais a suspender todo'', para ellos sería impensable, les generaría enorme angustia y tendrían que ir al psicólogo, ¿verdad? Pues aquí es así, pero al revés». Por eso en el Muralla están viendo cómo conseguir que un coach vaya el curso que viene a dar varias sesiones a los alumnos.

Lo que pasan los profesores lo resume Dacal: «Me gustan los retos. ¿Es apasionante? Sí, pero a veces duele».

Las cuatro cosas que funcionan según los docentes

La experiencia de estos años ha generado mucha información positiva sobre lo que funciona en un aula de FP básica. Este es un resumen de las propuestas más repetidas, además de los dos profesores por aula y una mayor formación de los docentes en metodologías activas de aprendizaje:

Cohesión de grupo

Es casi lo más importante para los docentes. Lo destaca Marta Dacal: «Vienen de diferentes centros y son alumnos desmotivados, muchos con problemas sociales, absentistas, con carencias académicas graves. Hay poca cohesión».

Marcel Shall da un paso más en los ejercicios de cohesión de grupo: «Todas as semanas —explica— facemos unha especie de traballo en grupo. Propóñolles preguntas como ‘‘ti que animal che gustaría ser e por que?'' e falan nun espazo seguro, onde non pode haber críticas. Isto permítelles reflexionar, coñecerse mellor. É moi interesante».

Trabajo por proyectos

Marta Diz es profesora de informática en el IES Maximino Romero de Lema (Zas) y aunque ahora no da clase en la básica, de vez en cuando organiza talleres con ellos porque «el vínculo que se genera es muy bonito». En su caso, ella siempre ha apostado por los proyectos, y el centro ha participado en los concurso de miniempresas que proponía Educación o en la Maker Faire. Recuerda cuando los estudiantes ganaron un premio por la programación de etiquetas NFC para conseguir que sus abuelas pudiesen hacer videollamadas con ellos sin tener que tocar el móvil, solo acercándolo a un lugar.

Ella echa en falta ahora más concurso de este tipo. Sus compañeros están de acuerdo, como Marcel Shall: «En servizos de restauración elaboramos no recreo produtos e a eles lles impacta que os profesores, por exemplo, lles felicite por un sándwich». «La primera vez que hacen algo con volumen y que tiene utilidad —explica Luis Beceiro— les sorprende mucho. Normalmente en Madeira les mandamos hacer una tabla de cortar para casa, que tenga alguna dificultad. Y cuando llegan a casa y sus padres les preguntan ‘‘¿esto lo has hecho tú?'', a ellos les motiva muchísimo».

Visibilizarlos

En el CIFP Oroza tienen una etiqueta en redes sociales, #AFPbasicafunciona, que les encanta: «Gúsalles moito ver nas redes o seu traballo cando está ben feito, esfórzanse máis e dinme ‘‘nesta preparación tiven 400 visualizacións e un megusta de León''».

Colaborar entre los profesores

Es uno de los aspectos más interesantes de las propuestas. En Someso, Tarrío cuenta cómo se han organizado: «Los profesores estamos muy unidos. Tenemos 11 grupos de básica, seis de primero, y tres de ellos se reúnen semanalmente con el jefe de estudios y el de orientación, y los otros tres conmigo y la coordinadora de convivencia». Además, tienen coordinación diaria entre tutores y el equipo de orientación. La idea es estar atentos a los conflictos, que inevitablemente los hay al tratarse de alumnos adolescentes, y más cuando cargan con otro tipo de problemas.