Esteban de Bergia (Club del Río): «Somos muy extraños, pero lo raro también puede ser maravilloso»

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El grupo madrileño sacó nuevo disco la semana pasada y lo presenta hoy en A Coruña y mañana en Ourense. Dan un giro eléctrico a su sonido inclasificable

11 abr 2024 . Actualizado a las 20:45 h.

Han pasado diez años desde el inicio de Club del Río . Y lo celebran con Todo alrededor, un disco en cuya cubierta salen los integrantes del grupo de la mano, haciendo un círculo como niños pequeños. «Ya no vivimos juntos, pero lo hicimos durante tres años. Nos conocemos la mayoría desde el colegio y es una historia larga de amistad que se convirtió en una banda de música», dice Esteban de Bergia. Hoy jueves 11 actúan en A Coruña (Garufa, 21.00 horas, 15/18 euros), dentro del ciclo Son Estrella Galicia. Mañana, viernes 12, llegan a Ourense (Torgal, 20.00 horas, 15/18 euros). 

­—El río se suele usar como metáfora del «dejarse llevar». Ustedes la usan en el nombre y en muchas canciones.

—Sí, el río se ha usado siempre en la poesía. Es algo que se va creando poco a poco y se adapta al entorno, aportando vida y bien a su alrededor. El agua siempre es buena noticia.

­—¿Son un grupo de folk moderno?

—Me gusta eso. Nos han llamado folk, sobre todo, en el pasado, pero eso de folk moderno se adapta bastante bien. Somos muy eclécticos, tocamos muchos géneros. Porque somos muchos. Pero lo folkie siempre nos ha gustado, por aquello de las canciones y las voces.

­—Se han electrificado en ese disco. ¿Están en una mutación?

—La banda apareció acústica, en origen. Con el tiempo, hemos ido introduciendo otros elementos. En discos anteriores ya había batería y bajo. Hemos ido divagando entre dos mundos y, en este último disco nos hemos entregado a ese sonido más eléctrico y contemporáneo. Hemos experimentado con diferentes efectos.

­—¿Hay mucho barniz psicodélico?

—Justo. Hemos querido introducir paisajes sonoros que rodean la canción y la abrazan, dándole un punto casi esotérico.

­—Recuerda a artistas como Damien Jurado.

—Sí, y a cosas como Bon Iver, que también mezcla lo acústico y los paisajes sonoros. Él es una referencia total para nosotros.

­—Han colaborado con artistas como Xoel López, Canijo de Jerez y El Niño de Elche. ¿Con quién uno se junta lo define?

—Sí, siempre hemos estado muy abiertos a colaborar e interpretar canciones con artistas que admiramos. Club del Río en sí mismo es la búsqueda de un colectivo y nos encanta conocer a esos artistas. Y si surge, hacer algo con ellos. Tenemos mucha suerte. Todos los mencionados son referencias en la música española.

­—Y la puerta de entrada para Club del Rio. En Galicia mucha gente los conoció después de su colaboración con Xoel López.

—Claro. Es un gran amigo y un artista que admiramos mucho. Aprendemos con él y siempre ha estado ahí.

­—«Somos seres humanos y somos raros», cantan. ¿Se están definiendo ahí?

—Va totalmente por ahí. La canción originalmente no fue escrita como una descripción de la banda, pero luego derivó en eso, que es muy acertado. Habla de nosotros y de los seres humanos. Somos muy extraños, pero lo raro también puede ser maravilloso. La rareza la pone todo lo asombroso que es estar aquí, en un planeta intentando manejar nuestras emociones.

­—¿Club del Río es un grupo extraño?

—Un poco sí. Siempre hemos estado ahí, pero no en una corriente de música masiva.

—¿Estar ahí, pero con un pie en otro lugar no muy habitado?

—Sí, nos lo han dicho mucho en estos diez años de carrera. Que sonamos de una manera bastante única. Siempre ha sido un buen piropo y nos gusta que nos lo digan, porque está bien sonar con una identidad propia. Y seguir más lo que nos pide nuestra creatividad, haciendo caso honesto a lo que nos pide más que direccionarlo a algo que nos convenga económicamente.

—¿El cambio sonoro del disco afecta mucho al directo?

—Tenemos preparado un directo muy potente. Las canciones antiguas que rescatamos las enfocamos hacia el nuevo sonido, que es mucho más enérgico.