EiDF sufre un varapalo en bolsa del 17 % tras el despido de su director general

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

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Ni tres meses ha permanecido Joaquín Galí en el cargo

03 ene 2024 . Actualizado a las 18:37 h.

EiDF ha vuelto a sorprender al mercado. Y no precisamente para bien. La empresa gallega especializada en instalaciones de autoconsumo de energía solar en industrias ha decidido prescindir de los servicios de Joaquín Galí, el ex director general de Eurona que a principios de octubre había sido nombrado CEO de la firma pontevedresa. Un nombramiento envuelto en confusión desde el principio. Y eso porque, a pesar de que EiDF lo eligió como CEO, siglas tomadas prestadas del inglés que habitualmente se emplean como sinónimo de consejero delegado, luego aclaró que no lo era. «Su nombramiento como CEO debe entenderse en el sentido de primer ejecutivo o director general de la compañía, sin que pueda confundirse con la figura del consejero delegado», detalló en otro de los comunicados emitiros a lo largo de los últimos meses para aclarar dudas.

Y todo desde que PwC, la auditora de sus cuentas, se negara a firmar las del 2022, lo que le acarreó a la empresa que preside Fernando Romero, más de cuatro meses de suspensión de cotización por no haber presentado los resultados a tiempo. Tuvieron después que contratar a un segundo auditor, Deloitte, para que realizara un análisis forensic de los números, cuyos resultados no llegó la compañía a sacar a la luz por completo, lo que le valió otra amonestación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que la acusó de «omitir información relevante» al mercado.

En agosto, y en nuevo intento de recuperar la reputación perdida a ojos de muchos inversores, EiDF anunció a bombo y platillo que remodelaría su cúpula para evitar la concentración de poderes en la figura de Fernando Romero, fundador, fundador, primer accionista y presidente de la empresa. Y fue precisamente en el marco de esa renovación en el que se produjo la llegada de Gali a la empresa.

Ni tres meses ha durado en el cargo el flamante director general. Y no le ha gustado a la bolsa el despido de Galí. Demasiados sobresaltos. Al dinero le gusta la tranquilidad. Por eso las acciones de la firma sufrieron este miércoles un contundente varapalo en el BME Growth, el mercado en el cotiza. Despidieron el día en 5,15 euros, casi un 17 % por debajo del precio al que estaban el martes.

Un nuevo disgusto para Romero, al que la Fiscalía le atribuye un delito continuado de falsedad en documento mercantil, por el que le pide tres años de cárcel, así como otros seis ilícitos penales contables, por los que se instará a una condena de 36 meses. Con todo, Romero asegura estar tranquilo y confiar en que todo se aclarará sin consecuencia penal alguna. 

«No tengo miedo, llevo tiempo callado, pero estoy tranquilo», asegurada poco después de conocerse la postura del Ministerio Público, en declaraciones a La Voz, en las que también hacía hincapié en que su compañía «está viva y coleando aunque la hayan dado por muerta mil veces». A Romero lo acompañarán en el banquillo su madre, María del Carmen Martínez, y Víctor Manuel Fontán Iglesias, director jurídico de la firma.

En el mismo comunicado en el que daba cuenta de la marcha de Galí, la empresa anunciaba un contrato de compraventa para la adquisición de la totalidad del capital de Sociedad de Explotación Fotovoltaica Mi. Según la nota difundida por la compañía gallega, la firma que ha comprado es titular de un proyecto fotovoltaico en La Rioja de 19,5 Megavatios (MW).