Su propuesta gira en torno a dos ejes, uno más informal en el que conjugar aperitivos con cócteles como el Spritz, y otro más propio de restaurante, con platos de pasta casera y productos frescos y de temporada
04 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Llevan poco más de dos meses caminando solos (gastronómicamente hablando), pero ha sido tiempo suficiente para que Michele Peroni y su mujer, Lucía García, hayan conseguido hacer de Otto el lugar perfecto en el que degustar la auténtica cocina romana y platos cargados de sabor elaborados con pasta fresca casera. «Quisimos trasladar la esencia de mi cocina, que no es otra que la tradicional, la de siempre. La carta no es muy amplia, pero todo lo hacemos aquí: las pastas, las salsas, los postres…», explica el chef sobre el proyecto.
Su propuesta culinaria gira en torno a dos conceptos. Una spritzería de corte más informal en la que el Spritz, el cóctel italiano de moda, encaja a la perfección con una serie de aperitivos que no dejan indiferente. Las tablas de embutidos —la mortadela y la corallina (un tipo de salami) resultan sorprendentes—, los quesos italianos, la focaccia del día o el baccalá mantecato (una especie de brandada de bacalao), son un acierto seguro. Destaca también el supplí al teléfono, la croqueta italiana por excelencia, elaborada a base de un gustoso arroz y mozzarella. «Tiene mucha salida y va muy bien para picar. Sale calentito y cuando se separa en dos partes aparece un hilo de queso que recuerda al del teléfono. De ahí su nombre», comenta el cocinero.
Otto cuenta también con una parte de restaurante, con una carta de platos tradicionales elaborados con productos frescos y de temporada, que hacen que quien los pruebe se sienta como en una auténtica trattoria italiana. «Todos los días hacemos cinco o seis formatos de pasta diferentes. Y cada semana incorporamos algunas cosas nuevas. Hoy por ejemplo (por la semana pasada) me van a llegar unas mollejas que haremos glaseadas y que serviremos acompañadas guisantes, que están de temporada y puré de patata», indica Peroni. De corte más clásico, pero de prueba obligada son los spaghettonni alla carbonara, donde la melosidad de la yema del huevo y el guanciale conquistan al paladar, al igual que sucede con la mafalda al ragú di cinghiale (pasta con ragú de jabalí). «Es la conexión entre Galicia e Italia.La carne se marina durante un día en vino y especias. Después preparamos un sofrito con verduras y guisamos el jabalí bien en esa marinada. Lo acompañamos con pasta mafalda, que es más ancha y rizada y le va perfecto. Aquí no se le da tanta importancia, pero el formato de la pasta es fundamental para el éxito de un plato», argumenta.
Los devotos de la carne tienen en la cottoleta alla milanese un plato que no les decepcionará. 500 gramos de chuleta de ternera gallega con un empanado casero crujiente que sirven acompañada de una ensalada al pesto. «Tiene un éxito bestial y el osobuco con polenta también. Hay clientes con gustos muy fijos que siempre que vienen piden el osobuco o la carbonara. Nos amenazan para que no los quitemos de la carta», comenta entre risas.
También los postres siguen ese estilo de cocina de la mamma, con un tridente de excepción: los cannoli sicilianos rellenos de ricota de leche gallega, el tiramisú y la panna cotta, tres opciones entre las que resulta complicada la elección.
Menú recomendado
- Vitello tonatto.
- Mafalda al ragú di cinghiale.
- Spaghettoni alla carbonara.
- Cannoli sicilianos.
- 2 copas de Nero d'Avola.
- Precio para 2 personas: 59,60 €.
Durán Loriga, 8 / De 12.30 a 17.00 y de 19.30 a 24.00 horas. Los domingos y martes solo abren al mediodía / 881 896 009