La pugna por la ruta de A Coruña a Madrid: solo diez minutos separan el tren más rápido del avión

Ana González / Laura Placer A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

El viaje es ligeramente más barato por aire que en ferrocarril, pero en precio gana el autobús

30 oct 2023 . Actualizado a las 12:14 h.

Desde que el AVE llegó a Galicia el tren comenzó a competir con el avión en el trayecto de A Coruña a Madrid. Aunque la alta velocidad no ha llegado hasta la ciudad, la posibilidad de acelerar desde Ourense ha acortado los tiempos, pues el convoy más rápido llega en tres horas y media. El debate por el uso de ambos medios se avivó esta semana al conocerse la medida de eliminar los vuelos cuando haya una opción menor a dos horas y media en ferrocarril, pactada entre el PSOE y Sumar para un posible gobierno de coalición.

Aunque esta norma no afectará a Alvedro porque no existe una alternativa viable tan ágil como establece el acuerdo, se ha generado polémica. Pero, ¿cuál es realmente la opción más rápida y barata para viajar a la capital española? En La Voz de Galicia hemos hecho una comparativa para analizarlo, tomando como referencia los precios y tiempos entre los posibles medios de transporte un día de semana (el lunes 13 de noviembre) y un sábado (18 de noviembre).

Si se aborda la rapidez, el avión sigue siendo la vía más veloz, pero al tiempo de vuelo hay que sumarle la espera en el aeropuerto —dos horas si se factura una maleta y sobre una hora si se lleva equipaje de mano— y el desplazamiento hasta el aeródromo, que en todas las ciudades está más alejado que las estaciones de tren. Por eso, la observación realizada corresponde a la planificación de un viaje que parte desde el Obelisco y tiene como destino final la Puerta del Sol, en Madrid, con el objetivo de comparar recorridos completos.

Precio

Autobús, por 10 euros. No hay duda de que si al viajero solo le importa el precio lo más económico es el autobús, pero el principal inconveniente es el tiempo que lleva el trayecto, más de siete horas. De hecho, la empresa Alsa ofrece una frecuencia por solo 10 euros, tanto los lunes como los fines de semana, pero sale de A Coruña a las 11.45 horas y llega al intercambiador de Moncloa a las 20.50, lo que implica perder prácticamente todo el día en el transporte. Por tanto, esta alternativa no será viable para una persona que tenga un viaje de negocios y quiera ir y volver de la capital en el mismo día, pero puede ser factible para alguien que vaya una larga temporada y priorice el ahorro, de modo que pueda invertir varias horas en la carretera.

Por ello, la mayoría de pasajeros optan por el avión o el tren debido al factor tiempo. Según la observación realizada, tanto un lunes como un sábado (consultado con una antelación de tres semanas) la media de los precios de los vuelos es ligeramente más baja que la del ferrocarril —62 frente a 79 euros el lunes y 66 contra 69 en fin de semana—, pero ambos medios de transporte presentan una importante variación en función de las horas. Se percibe la competencia existente, ya que Renfe ofrece 11 frecuencias el primer día de la semana —uno ya estaba completo en el momento del análisis— y los vuelos desde Alvedro son diez (6 de Iberia y 4 de Air Europa), pero la diferencia entre los precios es más acusada en el caso del avión, donde el usuario se puede encontrarse un viaje (solo ida) por 131 euros y otro por 29 en el mismo día, pero el ferrocarril varía menos, ya que la máxima diferencia en una misma jornada es de 67 a 131. También llama la atención que el precio más bajo que ofrece Renfe es de 50 euros, 20 euros más que los más baratos de Iberia y Air Europa.

Confort

Los aeropuertos, más lejos. De este modo, salvo que un viajero se encuentre una oferta puntual para realizar su desplazamiento, las cuantías a gastar no suelen ser demasiado diferentes, pero en todo recorrido entra en juego también el factor tiempo. Sabiendo que el avión es el medio de transporte más rápido, es cierto que requiere anticipación para pasar controles en el aeropuerto y embarcar, por lo que muchos usuarios lo ven más incómodo que el tren. Según la comparación realizada, para ir desde el Obelisco a la estación de San Cristóbal hay que invertir unos 20 minutos y se puede hacer en bus urbano (por ejemplo, caminando hasta San Andrés Africano y cogiendo la línea 5) y para llegar al aeropuerto, unos 30 minutos en el bus Alsa que pasa cada media hora. Si se escoge esta fórmula hay que tener en cuenta que la primera frecuencia es a las 6.16, por lo que para coger el vuelo de las 6.30 es necesario ir en coche (y pagar el párking) o acudir en taxi, con un coste de 20 euros. Una vez que el turista llega a Madrid tiene que añadir a su trayecto unos 15 minutos desde la estación de tren de Chamartín hasta Sol y 40 desde Barajas (más otro tanto entre que el pasaje baja del avión y sale de la terminal). Cuando se agregan estos tiempos a los de vuelo y ferrocarril se comprueba que realmente en avión solo se ahorran unos 10 minutos en comparación con el tren más rápido (con solo dos frecuencias al día). Con lo cual, en rapidez también gana por el momento el medio aéreo, ya que algún Alvia tarda más de cuatro horas y hay un media distancia que pasa de las seis horas y media.

Dada esta circunstancia, cuando lleguen los trenes Avril, los convoyes que facilitarán que la alta velocidad se prolongue hasta el resto de ciudades gallegas, el transporte por ferrocarril será más competitivo, pues la promesa es reducir a tres horas y cuarto el viaje de A Coruña a Madrid. En esta tesitura, el avión podría verse más afectado por la competencia de Renfe, pero la ruta aérea nunca perderá todo su pasaje porque «el 60 % de la gente que la usa hace conexiones desde Barajas y para ir a otros destinos finales, por lo que esa cantidad se mantendrá», explica Alberto Maroto, del portal de análisis Vuela más alto. «Siempre ha sido la principal ruta del aeropuerto y no tiene que dejar de serlo. La competencia con el AVE no va a suponer cambios», considera.

Tampoco cree que desaparezca el tráfico de negocios, ya que «es gente que va a Madrid y vuelve en el mismo día y no es lo mismo hacer dos horas de viaje en ida y vuelta que hacer siete. Maroto cree que, de igual forma, no tendrá ninguna repercusión el anuncio realizado por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. «La capacidad de las vías hace imposible realizar el trayecto a Madrid en menos de dos horas y media», detalla. Además, el texto del gobierno de coalición se refiere a los vuelos que no sean de conexión y los que van a Barajas siempre tienen enlaces.

De Alvedro a Barajas

600.000 pasajeros. Los datos de viajeros que usan los enlaces aéreos con Madrid demuestran su éxito. Según la recopilación hecha por Vuela más alto, este año se superaron los 559.000 pasajeros, con las estadísticas recopiladas hasta el 30 de septiembre, lo que indica que la ruta volverá a superar los 600.000 usuarios en el ejercicio, como pasó antes de la pandemia. En el 2019, que fue el año récord de Alvedro, este enlace consiguió 679.387 viajeros. De hecho, la opción se ha ido multiplicando anualmente, desde los 554.817 del 2015 hasta los 644.436 del 2018. «Si Madrid mueve en los tres meses restantes una media de lo que ya ha movido de enero a septiembre tenemos una estimación este año de 746.538», avanza Maroto.

Por su parte, el tren también cuenta con un importante volumen de personas. A falta del dato concreto de ocupación desde A Coruña, fuentes de Renfe indican que en el primer año del AVE, 1,8 millones de viajeros usaron el servicio de Galicia a Madrid. La compañía destaca el factor sostenible del tren: «se dejaron de emitir más de 81.000 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera» si se compara con los trayectos en automóviles.

Coche

Blablacar, otra vía. No hay que olvidarse del coche como alternativa. Sus problemas son el tiempo de trayecto (5 horas y 40 minutos) y el coste del combustible (unos 80 euros). Este factor hace que muchos opten por usar Blablacar, la aplicación que permite a un conductor llevar pasajeros en su coche particular a cambio de un precio. Es una alternativa válida para los que no pueden planificar con tiempo su viaje, pues no se suelen publicar trayectos con mucha antelación. Para los días observados solo hay una opción, el lunes 13 de noviembre, y cuesta 38 euros por persona.

Javier Canabal trabaja en Madrid y regresa cada mes.
Javier Canabal trabaja en Madrid y regresa cada mes.

Javier Canabal: «Desde enero me he gastado 1.900 euros en viajar a Madrid»

«Viajar a Madrid es carísimo. Es muy difícil conseguir buenos precios». Lo afirma Javier Canabal, un coruñés de 33 años que vive por trabajo en la capital española y viene a su ciudad cada tres o cuatro semanas, aproximadamente. Normalmente usa el tren porque le permite «un poco más de flexibilidad que el avión», pero lamenta los altos precios de Renfe y tilda de «injustísimo» que los viajes de media distancia y otro tipo de trayectos estén bonificados, mientras que personas con su situación no tienen rebajas. «Yo no tengo ningún tipo de descuento y una persona que viaja de A Coruña a Vigo, por ejemplo, va gratis», lamenta, indignado.

Un bono colaborativo

La única ventaja a la que ha podido acceder es el bono colaborativo, en el que se pueden incluir hasta cuatro personas y hacer ocho viajes por 395 euros. Con esto Javier se evita las fluctuaciones en el coste de los viajes en función de los horarios, ya que todos los billetes le salen así a 50 euros siempre. La parte mala es que vale únicamente para los Alvia y solo tienen tres frecuencias diarias. Aun así, este coruñés sabe que no es nada barato. Por ello, ha hecho la cuenta del dinero que le costó el tren este año y no es poco. «Desde enero me he gastado 1.900 euros», revela. «El año pasado no tenía un control de lo que se me iba del sueldo en esto y este año me propuse anotar en una hoja de Excel todo lo que me gasto en tren. Entonces, cada vez que cojo billetes, lo apunto», cuenta, asombrado por el resultado de su estadística. «Al final de año a lo mejor son 2.500 euros. Es un montón de dinero», sostiene.

Por las características de su empleo, él normalmente viaja a Coruña los jueves y vuelve a Madrid los domingos. Tanto la ida como la vuelta le sale ahora por el mismo precio, pero sin el bono, matiza, varía mucho el precio en función de si es fin de semana o de las horas.

Además, la gente que no tiene ningún bono y necesita viajar solo puntualmente, destaca, puede encontrar el billetes «carísimo», sobre todo, si le surge un imprevisto y tiene que adquirirlo con poca antelación «puede salir la ruta solo de ida por 140 euros». «Eso para un sueldo normal es inasequible», subraya.

Convoyes completos

Otra parte mala que observa Javier Canabal es que los trenes se llenan muy rápido. «Los billetes de Navidad salieron hace poco y ya se están agotando. ¡A finales de octubre!», enfatiza el viajero, que no entiende por qué el servicio no es reforzado en épocas señaladas. «A una persona que no puede planificar sus viajes con tiempo, le resulta muy complicado ir en tren», añade.

Con todo, considera más cómodo el ferrocarril. «Lo bueno que tiene es que tardas menos en llegar desde casa a la estación que al aeropuerto, tanto en Madrid como A Coruña», remarca Javier, que agrega que «el tiempo que echas de más en el tren lo compensa el hecho de que llegas a la estación, pasas la máquina del control y ya estás dentro, mientras que en el avión tienes que hacer más cosas, ir más lejos...». «Entonces, más o menos, al final te lleva casi mismo tiempo, un poquito menos en avión, pero similar», calcula el coruñés, que lamenta que también sufrió a veces retrasos en sus trayectos en tren. «Pero el avión también se retrasa», dice, lamentando las desventajas de ambos medios.

Ana Fernández, coruñesa afincada en Madrid.
Ana Fernández, coruñesa afincada en Madrid.

Ana Fernández: «Vivo al lado de la estación de tren y prefiero el avión»

«Escogiendo días de semana sale más barato el avión y es más rápido», asegura Ana Fernández, una coruñesa afincada en Madrid por motivos laborales. Puede teletrabajar dos días a la semana, por lo que aprovecha para escoger los mejores precios para regresar a su ciudad. Además, cuando solo viaja un fin de semana pierde gran parte de su tiempo libre en el transporte, otro motivo para elegir la vía más rápida. Y eso que sus casas, en A Coruña y Madrid, están cerca de las estaciones de ferrocarril y también le gustaría contribuir a reducir la contaminación, pero le cuesta cuadrarse con este medio. «Vivo al lado de la estación de tren y que si mejorasen los horarios, es posible que me lo plantease más. Además, el transbordo no es algo que me apasione», argumenta Fernández en alusión al tren, ya que las mayorías de frecuencias requieren bajarse del vehículo en alguna estación y subirse en otro.

Como es una persona organizada, no le parece un gran inconveniente acudir con antelación a Barajas, pues se anticipa siempre. «Vaya al tren o al avión, si no son fechas señaladas (Navidad o inicios de quincenas de verano) tardo el mismo tiempo en pasar la seguridad y en llegar allí», cuenta esta viajera, que cuando sale desde el aeropuerto de Alvedro no necesita apurarse, porque es pequeño y no tarda en pasar el control. «Llego cuando las puertas ya están abiertas», confiesa. Además, lamenta que Renfe saca sus billetes con menos adelanto que las aerolíneas. «Me gusta dejar organizados todos los viajes que puedo en el año y el tren no me permite esa antelación», dice Fernández, que añade que otro punto positivo de las aerolíneas es que permiten acumular puntos y algún viaje le puede salir gratis.