Carlos G. Touriñán, una vida dedicada a nuestra seguridad

Juan I. Borrego Vázquez CONCEJAL DE EDUCACIÓN

A CORUÑA

CESAR QUIAN

Vivimos en una ciudad afortunada que de vez en cuando nos regala personas a las que debemos reconocer una labor extraordinaria

08 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Vivimos en una ciudad afortunada que de vez en cuando nos regala personas a las que debemos reconocer una labor extraordinaria y cotidiana dedicada a nosotros. Carlos García Touriñán, Medalla de Oro de Protección Civil 2024 por la Xunta de Galicia, es una de esas personas que nos hacen más grandes como ciudad.

Manuel Carlos García Touriñán, (sé que me permitirá la licencia), bombero, licenciado en Derecho e hijo de otro gran bombero (Marcelino García), es un coruñés de Adelaida Muro del que presumir y, por supuesto, a quien honrar al máximo nivel, en este caso por sus más de 40 años dedicado a nuestra seguridad.

Lo conocí en septiembre del 2020 cuando la alcaldesa delegó en mí el honor de ser concejal de Seguridad Ciudadana y, a partir de ahí, el enorme profesional de referencia internacional se convirtió en referente personal. Carlos es muy intenso en el día a día, en el minuto a minuto. Sabe que maneja responsabilidades importantísimas para los ciudadanos y las afronta con máximo compromiso, pero siempre con la mejor disposición, empatía y criterio. Virtudes que se multiplican exponencialmente con una lealtad tal, que le permiten atesorar el total respeto y consideración de alcaldes de todos los partidos que han gobernado esta ciudad a lo largo de la democracia, concejales del ramo, miembros de los cuerpos de Bomberos, Policía Local y Protección Civil, delegados y subdelegados del Gobierno, Ejércitos, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, de sus propios compañeros funcionarios del Ayuntamiento, de medios de comunicación y de cualquier ámbito sectorial de la ciudad.

Y es que la persona es aún mejor que ese profesional que de igual forma se viste para entrar a un operativo en un barco en llamas, como se moja entre las rocas donde los bomberos intentan rescatar a un surfista bajo un temporal en la madrugada oscura y lluviosa del invierno.

No nos deberíamos permitir perder un activo tan valioso como Carlos, al menos hasta que él quisiera. Su celo y vocación permanentes ante situaciones bien complejas siempre van a ser totales. Carlos es quien le da el auténtico brillo al oro de la medalla que le acaban de otorgar y que esperemos sea la segunda de todos los honores que desde A Coruña le podamos devolver a quien nos permite dormir tranquilos porque sabemos que vela por nosotros.